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Discursos compuestos "con estos deditos"

ANTONIO AVENDAÑO

El número de íntimos de un candidato electoral es directamente proporcional a sus posibilidades de convertirse en presidente del Gobierno. Cuando esta opción es verosímil suele crecer significativamente el número de personas que van insinuando por aquí y por allá que, bueno, no es porque ellas lo digan, pero la verdad es que, sin ir más lejos, por poner sólo un ejemplo, ¿vale?, uno solo, esa frase tan brillante que el líder dijo el otro día en tal mitin, esa que sacaron todos los telediarios, bueno, pues esa frase, aunque esté feo decirlo, suele ser de uno de esos íntimos del candidato, que de inmediato piden a su interlocutor que, por favor, no lo vayan contando por ahí, sería traicionar la confianza del jefe y tal vez ponerlo en un aprieto si se supiera que lo más brillante que ha dicho en toda la campaña no era idea suya. Tal como andan los sondeos, a Rubalcaba no se le ha debido multiplicar últimamente el número de íntimos.

Para afrontar esta comprometida campaña mucha gente importante del PSOE ha echado una mano a Rubalcaba para elaborar su programa y perfilar un puñado de propuestas de impacto que pudieran brillar con luz propia en medio de las tinieblas que envuelven esta cita con las urnas. González, Solana, Maravall, Chaves, Jáuregui, Patxi López

Un hombre clave para Pérez Rubalcaba es José Enrique Serrano

Han hecho lo que han podido. Y con sus propuestas y las de muchos otros el equipo de Rubalcaba, formado por Elena Valenciano, Cristina Narbona y Jesús Caldera, ha hecho a su vez lo que ha podido para darles forma y vender buenamente el muñeco. Pero está siendo difícil que la gente lo compre. El espesor de las tinieblas no se deja horadar. Es como si los electores estuvieran al otro lado de un agujero negro llamado crisis que absorbe y apaga las propuestas, cuyo resplandor no acaba de llegar a ese otro lado en donde varios millones de votantes esperan a oscuras.

Pero aparte de esos nombres, y aunque el propio líder se escribe la mayoría de sus discursos ('con estos deditos', suele decir), las crónicas, libros y cenáculos dicen que el gran cerebro en la sombra del equipo de Rubalcaba es José Enrique Serrano (Madrid, 1949), que ya frecuentó la sala de máquinas de los gobiernos de González.

A los responsables de campaña les está costando colocar sus mensajes

Al ser alguien que nunca aparece en los medios su figura alimenta toda clase de leyendas. En la película de JohnFord El hombre que mató a Liberty Valance, José Enrique Serrano sería el vaquero Tom Doniphon que encarna John Wayne: el héroe que acaba con el malvado Liberty dejando creer a todos que quien de verdad ha ejecutado la hazaña es el futuro senador que protagoniza James Stewart. Dejándolo creer a todos, pero en especial, y esto es muy importante, al propio senador.

Quién sabe si, como diría Gil de Biedma, 'en alguna de esas noches memorables / de rara comunión, con la botella / medio vacía, los ceniceros sucios, / y después de agotado el tema de la vida', no habrá tenido Serrano la tentación de decir a sus amigos, amantes tal vez de Ford: 'Muchachos, aunque sólo sea por una vez, y que quede entre nosotros, esta noche no me llaméis José Enrique. Llamadme Tom'.

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