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El duque intentó crear una fundación de golf en Valencia

Urdangarin y Torres entraron en contacto con el expresidente del Valencia CF Francisco Roig, con intereses en el sector

ALICIA GUTIÉRREZ

El Instituto Nóos, la asociación altruista de Iñaki Urdangarin, intentó en 2005 crear una fundación dedicada al rentable sector del golf y con ámbito valenciano, aunque la idea no llegó a fraguar. Por qué una entidad sin ánimo de lucro pretendía entrar en el selecto mundo del green es algo todavía por descubrir. Pero lo cierto es que Urdangarin y su socio Diego Torres ya tenían en 2005 un importante cliente con intereses en ese campo: Francisco Roig, expresidente del Valencia CF.

Hace tres meses, Roig le contó a la Policía y al fiscal anticorrupción que en 2005 financió al Instituto Nóos para la cumbre turístico-deportiva Valencia Summit y firmó un contrato con la ONG de Urdangarin. A Roig le interesaba 'atraer inversores' para los tres campos en golf que tenía en marcha y que en ese momento aún no contaban con licencia, pese a la política de carta blanca del entonces conseller de Territorio, Rafael Blasco. Y si eran tres los campos de golf de Roig, fueron otras tantas las sociedades centradas en esa actividad que pagaron buena parte de los 290.000 euros con los que Roig financió al grupo Nóos entre 2005 y 2006. El contrato no se prorrogó porque el empresario seguía sin permiso para sus campos, y así lo dijo él mismo. Ese hecho, el de que el contrato se hubiera mantenido durante dos años pese a la falta de licencia, abre la incóg-nita de si Roig albergaba la esperanza de que Urdangarin allanase el camino. Entre mayo de 2006 y junio de 2007, la Conselleria valenciana de Política Territorial estuvo dirigida por Esteban González Pons, quien declarará como testigo en el caso Nóos como uno de los firmantes del convenio para la celebración de los fallidos Juegos Europeos. Según fuentes del PP, Pons cerró el grifo de los campos de golf y, de hecho, 'no se dio ni una sola licencia'.

Pons, en su etapa de conseller, cerró el grifo de los campos de golf

Fuentes políticas valencianas consultadas por Público negaron poseer datos sobre el carácter de la relación profesional entre Urdangarin y Roig, pero aseguraron tener constancia de que el yerno del rey ofreció su intermediación urbanística a otro significadísimo empresario de la comunidad. Pero el proyecto auspi-ciado, aseguran las citadas fuentes, quedó en agua de borrajas porque era 'inviable'.

La fundación con la que Urdangarin pretendía adentrarse en el sector del golf llegó a tener nombre reservado en el registro valenciano: Natura Golf. Pero finalmente no llegó a existir. Los trámites para su nacimiento corrieron a cargo del abogado Raimon Bergós, el mismo a quien el grupo que capitaneaban el yerno del rey y Torres encomendó luego la constitución de otras dos ONG: Fundación Areté y Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (DCIS), esta última propiedad de la empresa utilizada por la trama para desviar al extranjero 470.000 euros en 2007.

El abogado del grupo fue quien reveló esa pata de la trama a la Policía

Fue Bergós quien reveló la vertiente golfista de la trama Nóos en la declaración que como testigo prestó el pasado día 8 en la jefatura de Policía de Barcelona. Según su versión, quienes contactaron con él 'en representación del Instituto Nóos' fueron dos empleados de la asociación. La petición llegó a través de una llamada telefónica al despacho de Bergós. La fecha, el 27 de abril de 2005.

El abogado dio dos datos importantes sobre la Fundación Areté, aquella que arrancó en mayo de 2006 presidida por Urdangarin y que de inmediato pasó a estar dirigida por el asesor legal externo del rey, José Manuel Romero, conde de Fontao. Según Bergós, el grupo del duque intentó crear una fundación llamada Nóos y, sólo cuando el abogado avisó de que el protectorado de fundaciones no permitiría la duplicidad, surgió la idea de constituir Areté.

El segundo dato es este: en una reunión celebrada el 12 de junio de 2006 y a la que asistieron Urdangarin y Romero, el emisario del rey 'expresó su disconformidad' con que el duque formara parte de esa fundación. Y Urdangarin se enfadó. Bergós lo expuso así en su declaración: 'No entendiendo el señor Urdangarin el motivo por el cual no podía tener actividades representativas en una fundación'.

Fue el conde de Fontao quien, tras impulsar la disolución de la Fundación Areté, aceptó que su patrimonio fundacional pasara a la nueva ONG de Torres y Urdangarin, DCIS. En esta última, el marido de Cristina de Borbón no ejerció ningún cargo en su patronato, pero capitaneó desde el primer momento el consejo asesor de la fundación. Diversos empleados del Instituto Nóos y su constelación han declarado que todos ellos tenían conciencia de que Urdangarin participaba de Fundación DCIS.

Bergós cobró por sus gestiones para disolver Areté. Y la secuencia de hechos sobre sus facturas por aquel trámite denota que el dinero ya había empezado a abrir una brecha entre Urdangarin y Torres. El abogado pasa su primera factura, de 6.000 euros, a la propia Areté en junio de 2006. En noviembre, Torres le pide que se la envíe a Aizoon. Dos meses más tarde, ya en enero de 2007, le dan una nueva directriz: que cancele la anterior factura y cobre el 50% a Aizoon y la otra mitad al Instituto Nóos.

Finalmente, ese fue el método utilizado: la empresa de los duques pagó de nuevo por servicios por complejo ajenos a su actividad mercantil y el Instituto Nóos hizo otro tanto.

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