Este artículo se publicó hace 16 años.
El edil del PP achaca a una "venganza personal" su imputación en la 'Guateque'
Íñigo Henríquez de Luna impulsó las primarias en su partido
Indignado. Íñigo Henríquez de Luna compareció a última hora de la tarde de ayer en la sede del distrito municipal de Salamanca, de donde es concejal, para mostrar su disgusto al haber sido imputado en el caso Guateque, la corrupción en la concesión de licencias urbanísticas del Ayuntamiento de Madrid.
El impulsor de las primarias en el PP dijo que se había enterado por los medios de comunicación de que el juez instructor, Santiago Torres, le llamaba a declarar el próximo 29 de septiembre porque él no había recibido citación alguna.
Unos vecinos habían denunciado al concejal por supuestas irregularidades en viviendas de un edificio de la calle Juan Bravo de Madrid. Se quejaban de que se le había dado un “trato de favor” a los propietarios de una tienda llamada Becara y pedían que se investigara.
Los denunciantes también explicaron en el Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid que el apoderado de la empresa, el ex diputado del PP Jorge Trías, actualmente presidente de la comunidad de propietarios de ese inmueble, “se jactaba de su amistad con Henríquez de Luna, Álvarez del Manzano y hasta con Ruiz-Gallardón”.
Henríquez de Luna dijo que no tenía ninguna relación con Trías, de quien recordó que tenía abierto un expediente disciplinario por una actividad profesional no autorizada, y que era todo “falso” y que pensaba que este episodio respondía a “una venganza de la familia denunciante”. Anunció que, una vez reciba el auto, interpondrá un recurso de reforma porque la acusación es “errónea” ya que la Junta Municipal “no intervino en la concesión de esa licencia” puesto que esa competencia es de la Gerencia de Urbanismo.
En su defensa, explicó que él ni siquiera era concejal en 1999, fecha de la primera licencia. Relató que los denunciantes estaban enfadados con él porque les había precintado una oficina en la segunda planta del mismo edificio porque era para uso residencial. Y que cuando se produjo la clausura, el denunciante fue a verle a su despacho para echarle en cara que a otros sí les hacía favores.
El edil lo echó y este le respondió con una querella que el juez archivó en 2007. Entonces no quiso adoptar ninguna medida. Pero ahora estaba pensando seriamente en emprender acciones legales contra la familia porque afectaba a su “honestidad”.
También contó que había recibido la llamada del alcalde de Madrid para decirle que estuviera tranquilo. No obstante dijo sentirse “indefenso”. Desde el PP de Madrid le mostraban su respaldo su apoyo “incondicional”. Esperanza Aguirre no se plantea ni siquiera retirarle de la redacción de la ponencia de Democracia.
Henríquez de Luna no piensa cesar en su cargo. “No voy a asumir ninguna responsabilidad por un hecho en el que no he intervenido”, concluyó diciendo que tenía “la conciencia tranquila”.
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