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Un edil del PP azote del botellón, detenido por conducir borracho

La Guardia Civil sorprendió a un concejal de Santiago dormido al volante delante de un semáforo

MARIOLA MORENO

Un hablar 'pastoso, fuerte olor a alcohol y una deambulación vacilante' confirmaron las sospechas de los agentes. Dos guardias civiles sorprendieron a Ángel Espadas, concejal del Partido Popular en Santiago de Compostela, en la madrugada del sábado cuando se había quedado dormido al volante tras detener su vehículo ante un semáforo a la entrada de la ciudad. Según consta en el atestado policial difundido este lunes por la Cadena Ser, el conductor presentaba 'síntomas de encontrarse bajo los efectos de bebidas alcohólicas'. Eran las 6.35 de la mañana del sábado cuando el edil fue sometido a una primera prueba de alcoholemia que arrojó un resultado de 0,79 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, el triple de lo permitido. El segundo test evidenció que la presencia etílica en la sangre de Espadas seguía siendo elevada: 0,74 miligramos, con lo que fue conducido a dependencias de la Policía Local. Espadas será sometido hoy a un juicio rápido acusado de un delito en contra de la seguridad vial.

Tras hacerse público lo ocurrido, Ángel Espadas -quien pocas horas antes de producirse los hechos había sido confirmado como número tres en las listas del PP a la alcaldía de Santiago-, presentó su dimisión. Fue precisamente el cabeza de lista de los conservadores al Ayuntamiento santiagués, Gerardo Conde Roa, quien compareció en rueda de prensa para anunciar la 'decisión personal' tomada por Espadas, que rechazó efectuar declaraciones.

Conde Roa negó que el partido haya forzado la dimisión del concejal y defendió en todo momento la trayectoria política de Espadas, por lo que, aseguró, 'contará con él en el futuro'. El líder del PP en Santiago anunció además su intención de acudir a la Justicia para que se clarifique quién filtró el atestado a la prensa 'antes de su comunicación oficial'. Por su parte, el portavoz de los conservadores en el Parlamento gallego, Manuel Ruiz Rivas, aplaudió la dimisión del concejal y le transmitió sus 'felicitaciones' por haber actuado 'como se debe, una vez cometido un error'. 'En la vida, los errores tienen consecuencias, y mucho más si uno tiene responsabilidades en la acción pública', reflexionó Ruiz Rivas.

Se da la paradoja de que el ahora exedil conservador ha sido durante toda la legislatura uno de los concejales más beligerantes con la acción de Gobierno en el concello compostelano (dirigido en coalición por PSdeG y BNG). En octubre de 2008, Espadas llegó a infiltrarse con una compañera de filas -'sin bebidas alcohólicas', como se apresuró a puntualizar entonces-, en un botellón de estudiantes para denunciar 'los excesos de los universitarios'. En aquella ocasión, tal y como publicó el diario local El Correo Gallego, el concejal denunciaba en un reportaje titulado Dos espías del PP en el botellón que 'el 95% de los jóvenes estaba consumiendo alcohol u otro tipo de sustancias ante la pasividad de la Policía Local' de Santiago.

En aquella ocasión, al espía Espadas le llamó la atención que había 'mucha gente vomitando y al borde del coma etílico, liándose porros en las escalinatas ante la pasividad de los policías, que en ningún momento se acercaron a recriminarles su comportamiento'. 'En el botellón se consume de todo, porros, pastillas y cocaína', advertía entonces el concejal infiltrado en la noche compostelana y que en la madrugada del pasado sábado dormitaba al volante ante un semáforo en verde.

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