Este artículo se publicó hace 14 años.
El empecinamiento del Gobierno
Ayer compareció en el Congreso de los Diputados el presidente del Gobierno para informar sobre la situación del empleo en España y presentar sus propuestas. Escuchando y leyendo su intervención sólo cabe deducir que el título de la comparecencia poco o nada tiene que ver con la realidad. El empleo vuelve a ser el gran sacrificado porque sigue mandando la reducción del déficit. Y en ese contexto, la comparecencia del presidente del Gobierno no solo no despeja el conflicto con el movimiento sindical, sino que puede contribuir a agravarlo.
Cuesta creer que el Ejecutivo impulse un nuevo periodo de Diálogo Social, a la vez que sigue recortando derechos sociales y laborales. Si quiere continuar atendiendo las recomendaciones del discurso liberalmenos gasto social, menos Estado y más desregulación de derechos que se olvide del compromiso sindical, porque con las políticas anunciadas, los llamamientos al Diálogo Social son un sarcasmo.
El desempleo en España es del 19,79%, es decir, casi 4.600.000 personas sin un puesto de trabajo como consecuencia, y así lo reconoce el propio Gobierno, de un modelo productivo agotado. Sin embargo, si uno se detiene a analizar las medidas anunciadas por Zapatero observará sin mucho esfuerzo que la prioridad sigue siendo el déficit, y ello se hace a costa de la principal demanda que plantea la sociedad española: reactivar la economía para crear empleo. Porque el presidente ha vuelto a ratificar los recortes sociales, la reforma laboral que facilita y abarata el despido, el tijeretazo a la inversión pública, la renuncia a la reforma fiscal y nuevos ataques al sistema público de pensiones que vienen a sumarse a los ya conocidos, como el retraso de la edad legal de jubilación hasta los 67 años, la congelación de las pensiones en 2011 o la reducción del salario de los empleados públicos.
La reforma de las políticas activas de empleo y de la Formación Profesional, el anteproyecto de Ley de Igualdad de Trato, el permiso parental, o la puesta en marcha la próxima primavera del conocido como fondo austriaco anunciadas por Zapatero son fuegos de artificio si lo comparamos con la empecinada decisión del Gobierno de mantener las políticas económicas y laborales, los anuncios de nuevos ataques al Estado de bienestar, las amenazas sobre la negociación colectiva u otros recortes sociales. Con estas medidas sólo nos queda confiar en la respuesta sindical, el desarrollo de la ILP y la recogida de firmas para que el Parlamento debata las propuestas de los trabajadores y trabajadoras, y las movilizaciones del 15 y 18 de diciembre convocadas por CCOO y UGT en todo el país.
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