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ETA asesina a un ex concejal socialista a dos días del 9-M

Isaías Carrasco fue acribillado en su automóvil frente a su domicilio en Mondragón (Guipúzcoa)

GUILLERMO MALAINA / ÓSCAR LÓPEZ-FONSECA

ETA irrumpió ayer en la campaña electoral de la forma más dramática posible: con el asesinato de Isaías Carrasco Miguel, ex concejal socialista en Arrasate-Mondragón y militante de UGT. Un terrorista se acercó a él sobre la una y media de la tarde, cuando se acababa de subir a su vehículo para dirigirse a su puesto de trabajo, y le descerrajó cinco disparos. El ex edil del PSE-EE, que había renunciado a seguir con escolta tras dejar el Ayuntamiento el año pasado, falleció una hora después en el hospital de
esta localidad guipuzcoana.

Isaías Carrasco –de 46 años, casado y padre de un niño de 4 años y de dos chicas de 15 y 20 años– salió del portal de su casa, ubicada en la calle Navas de Tolosa, y recorrió los escasos diez metros que le separaban de su vehículo. Allí, cerca, aguardaba el terrorista. En cuanto el ex edil socialista se metió en el coche, el miembro de ETA se situó frente a él y le disparó cinco tiros que dejaron otros tantos agujeros en el cristal delantero del automóvil.

Isaías Carrasco recibió tres disparos, dos en el hemitórax derecho y uno en el cuello. La siguiente escena transcurrió en segundos. Mientras su asesino escapaba del lugar en un coche (un Seat Córdoba de color gris y matrícula BI-7185-CN), donde le esperaba un segundo terrorista, el ex concejal socialista lograba salir malherido de su vehículo y andar unos siete metros hasta caer desplomado en medio de la calle.

Lo escucharon su mujer e hija

Su mujer y su hija mayor, que habían escuchado los disparos desde su casa, bajaron de inmediato y lo encontraron en medio de un charco de sangre. Hasta que llegó la ambulancia, las dos permanecieron junto a él animándole. “Vas a salir de ésta”, le decían, mientras su esposa intentaba taponar la herida con sus manos. Él negaba con la cabeza, según explicó después una amiga de la hija testigo del trágico momento. “Tienen un perrito pequeño como el mío”, contaba otra vecina, “y se juntaba a Isaías. Al final, se lo han tenido que llevar lleno de sangre”.

Veinte minutos después del atentado, Isaías Carrasco ingresaba en el Hospital de Arrasate-Mondragón “inconsciente e inestable desde el punto de vista dinámico”. Según el parte médico, ya en el centro se recuperó de una primera parada cardiorespiratoria, pero falleció finalmente a las 14.40 horas como consecuencia de una segunda crisis, pese a “las maniobras de reanimación avanzada”.

Con el asesinato de Isaías Carrasco, la banda armada recuperaba un protagonismo ante la cita con las urnas que había perdido por la eficacia policial en Francia y en España. La organización terrorista había hecho un llamamiento a la “abstención” y al “boicot” a estos comicios hace justo una semana, el mismo día en que ya amagaba con otro atentado contra el PSOE. Una bomba destrozó la casa del pueblo de Derio (Vizcaya). Sólo hubo daños materiales.

Primera víctima de 2008

Ayer, ETA recuperó las pistolas para cobrarse la primera víctima de este año y la quinta desde que hiciera saltar por los aires la tregua con el atentado de la T4. Hasta ayer, además, sólo había sacado los revólveres en una ocasión, y fue para matar a los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero en Capbreton (Francia), en diciembre, en lo que fue considerado un encuentro casual. El siguiente de su macabra lista ha sido el ex concejal socialista.

Primer sospechoso

La Ertzaintza, en coordinación con la Guardia Civil y la Policía, inició de inmediato la búsqueda de los terroristas. Según fuentes de la investigación, el primer nombre que se ha empezado a barajar es el de Jurdan Martitegi, uno de los etarras cuyo rostro ha incluido el Ministerio del Interior en los carteles que comenzó a distribuir el 4 de marzo. Las sospechas sobre Martitegi se centran en su estatura, casi dos metros, que coincide con la descripción hecha por los testigos, que aseguran haber visto huir a la carrera a un etarra de gran estatura. Éstos también han destacado en sus relatos que el terrorista lucía barba, aunque los investigadores están convencidos de que era postiza para dificultar su identificación.

Tras el atentado, miembros de la Policía vasca trataron durante horas de recoger alguna pista junto al coche del ex edil guipuzcoano. En el cristal delantero, podían apreciarse los agujeros dejados por los cinco tiros del terrorista. Detrás, una bufanda rojiblanca cubría la bandeja. Isaías, además de ser socialista y militante de la UGT, era hincha del Athletic.

 

'Extremadura son tres: Cáceres, Badajoz y San Andrés”. Es la manera despectiva con que algunos abertzales calificaban el barrio de San Andrés en Mondragón. Isaías era del barrio de toda la vida. Su padre había nacido en Morales de Toro (Zamora) y, como tantos otros, fue al País Vasco en busca de mejor suerte. Se dedicaba a vender seguros de Ocaso y su hijo, de chaval, le echaba una mano y se ganaba unas perras. “Subiendo escaleras y llamando a todas las puertas para ganar la puta pela, ¡cómo no quieres que le conociéramos!”, dicen en el barrio.

Por eso y por el fútbol. Durante 13 años, fue el delantero centro del Pedrusco F. C., un nombre sacado del Tebeo, que llegó a tener solera en la Federación Guipuzcoana de Fútbol“. Era un tío un poco impulsivo, pero muy legal”, cuentan quienes jugaron con él. Su apodo era ‘Pichi’ y llegó a ser máximo goleador de Regional Preferente. Parte del dinero que ganaba cobrando pólizas se lo gastaba en el equipo de su vida. Dejó el fútbol, se casó, tuvo dos hijas y un hijo. Desde hace un año, Isaías era visto por todo el que cogía la autopista de Mondragón a San Sebastián. Era el que cobraba el peaje.

 

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