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ETA no había cometido nunca tantos errores

El doble asesinato y la huída muestran un proceso de "grapización" de la banda

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Lo primero y fundamental es que lo ocurrido el sábado es una terrible tragedia porque han sido asesinados dos jóvenes a sangre fría.
La siguiente conclusión es que ETA avanza cada vez más en un imparable proceso de grapización. Este diagnóstico esperanzador, dentro de la tragedia, se desprende de la actuación del comando el sábado y de la rocambolesca huida a la desesperada de los terroristas durante cuatro días por Francia, dejando a su paso todo tipo de pistas, de accidentes de coche, raptos, intentos de robo de vehículos, etcétera.

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Antes, cada acción terrorista de ETA obedecía a una planificación minuciosa y pocas veces improvisaban como ocurrió el sábado. Esta vez los miembros del comando decidieron por su cuenta pasar la línea roja que nunca había cruzado ETA en cuarenta años de historia: asesinar en Francia.

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Alarde policialEn cuatro días ha caído sobre ellos todo el peso de la movilización policial francesa. Por si podían pensar que las fuerzas de seguridad galas no les eran hostiles del todo o que no sentían a ETA como un problema propio, ahora ya han despejado todas las dudas. En cuatro días han sido cazados en un alarde de eficacia policial.

Más de 1.500 agentes les buscaron y creían estar cerca anoche de encontrar al tercer etarra. De hecho, el Gobierno cree que ETA intentará justificar en los próximos días en un comunicado el doble asesinato como una especie de autodefensa y no como un atentado planificado.Antes ETA disponía de infraestructura como para evitar dar tumbos por media Francia como ha hecho este comando. Fueron finalmente detenidos en una parada de autobús, recordando a los últimos miembros de los Grapo que viajaban en transporte público para no ser detectados. ETA tuvo escondites sofisticados como el de Sokoa y una red de viviendas para ocultarse que hacía inimaginables los cuatro días de persecución, propia de road movie de serie B.

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El número dos de Interior, Antonio Camacho, aseguraba el domingo en Público que, pese a todo, ETA sigue siendo peligroso porque es "una fiera malherida y acorralada" y los hechos han confirmado su vaticinio. Ya en los últimos meses ETA dio muestras de actuación a la desesperada en varios atentados frustrados que demostraban falta de preparación y ausencia de capacidad para recabar información de sus objetivos.

El episodio del verano con un etarra que abandonó un artefacto en el taxi en el que viajaba en la provincia de Castellón describía bien esta situación. Según los expertos, la presión policial impide ahora a los terroristas hacer prácticas de explosivos y tienen más difícil el acceso a los mercados negros de armas.ETA es peligrosa cómo se ha visto, pero es más débil, las Fuerzas de Seguridad son más eficaces y cada vez tiene menos apoyo social. Nunca había cometido tantos errores empezando por el del final del alto el fuego.

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Menos base social

En ese marco de presión los responsables de Interior están especialmente satisfechos con las recientes operaciones contra la kale borroka.Una de las obsesiones de Zapatero y Rubalcaba ha sido restar apoyo social a ETA. Por ejemplo, que la organización terrorista y sus satélites no puedan presentar ante los suyos al Estado como culpable del fracaso del proceso de paz. Aparentemente, una parte de la izquierda abertzale lamenta, por el momento sólo en privado, que ETA haya cerrado una oportunidad única. Con ANV quedaba abierta la puerta abierta para que ese sector se incorporará a la vida política .La del martes es la concentración en protesta por un atentado que menos ciudadanos ha reunido. Eso a pesar de que era el primer acto convocado de forma unitaria por todos los partidos en la legislatura.Todos dicen que fue un fracaso y varios sociólogos y políticos de diversas tendencias coinciden en que se ha abierto tal brecha social que ha hecho que los ciudadanos no se crean esa unidad, pero ni siquiera entre ellos hay coincidencia en las causas de la falta de movilización ciudadana.Más bien es una conjunción de circunstancias, incluidas también las de la pura logística y la no menor de la convocatoria en día laborable a media tarde.

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En este último punto, fuentes de la izquierda hacen autocrítica por no haber movilizado a sus militantes. Nadie parece sorprendido y explican que se eligió hacer una concentración y no una manifestación, para diluir esa previsible falta de asistencia.En todo caso, esa unidad duró cinco minutos, después de tres años y medio de enfrentamiento, y sólo afecta al mínimo común denominador del rechazo evidente del terrorismo. El martes volverá el debate en el Congreso y se visualizará la división sobre una proposición no de ley del PP, presentada antes del atentado pero mantenida después del asesinato, que pide una reforma legal para que no prescriban los delitos de terrorismo. Eduardo Zaplana defendió ayer la iniciativa pidiendo la rectificación del Gobierno.

El Gobierno y el PSOE aseguran que prefieren quedarse con el mensaje de unidad y explican que no es momento de presentar iniciativas unilaterales, entre otras cosas porque sólo quedan dos plenos en el Congreso en esta legislatura y sería imposible materialmente aprobar una reforma legal como la que pretende el PP.

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Según los expertos consultados, éstas son algunas razones para explicar la escasa asistencia a la concentración:

LAS DOS TRINCHERAS

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Un sociólogo que asesora al PP pero que prefiere que no se dé su nombre sostiene que en esta legislatura "se han formado dos trincheras muy claras que se notan en cualquier momento y cada uno decide que no quiere estar con la otra parte ni siquiera en situaciones difíciles".Añade que "de esos polvos surgen estos lodos", hasta llegar a un punto en el que "los de un lado no quieren estar con Rajoy, Acebes y Zaplana y los otros no quieren estar en un acto con un Gobierno que accede a negociar con los terroristas".

Explica que ha calado en la sociedad esa división y eso ahora es difícil de mover y se ha solidificado la imagen de "Zapatero negociador" y "Rajoy el facha", en posiciones inamovibles en el corto plazo.
"Puede más la falta de confianza de unos en el Gobierno y la confrontación brutal con la política del PP en los otros que el evidente y compartido rechazo del terrorismo", explica. Gaspar Llamazares habló ayer también de "recuperar a la sociedad de esa enfermedad moral: la crispación y el partidismo".

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Por contra, el sociólogo y diputado socialista José Andrés Torres Mora niega que exista "brecha social" sobre terrorismo. Su tesis es que la gente cree que se hace lo razonable contra ETA y no hay gran inquietud respecto a la política antiterrorista y, por eso, no hay necesidad de salir a la calle. "No es necesario sobreactuar en este tema, porque se está de acuerdo con el Gobierno", añade. Según Torres Mora, "las ausencias en estas manifestaciones, cuando sí se ha producido un asesinato, iluminan el significado de las presencias en las convocadas por la AVT cuando no ha habido muerto y se protesta contra el Gobierno con la excusa del terrorismo".

UNIDAD NO CREÍBLE

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Varios consultados coinciden desde dintintas posiciones en que los ciudadanos pueden percibir que esa unidad que se intentaba mostrar el martes, en realidad, es impostada.

Un veterano asesor de La Moncloa explica que no sólo no fue creíble la unidad, sino que las imágenes del día anterior con los incidentes en el Ayuntamiento de Madrid fueron desmovilizadoras e hicieron creer que, incluso la concentración agudizaría la división y muchos de la izquierda pudieron pensar que para ser insultado era mejor no ir.Desde el PSOE se dice que al PP le interesa mostrarse ahora como diferenciado de la AVT, con una imagen más centrista, para que no se le vuelva en contra el haber hecho del terrorismo arma de oposición. Y desde el PP se asegura que es el Gobierno el que busca refugio en el consenso y en ellos en momentos adversos.El sociólogo José Luis de Zárraga asegura que "al PP le interesa dar imagen de unidad, pero eso ya la gente no se lo cree, porque la opinión pública tiene la idea hecha".

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"La pedagogía política crispadora que ha hecho el PP ha activado las bases sociales de la división", añade Zárraga.El diputado y dirigente del PP Gabriel Elorriaga explica a este periódico la tesis contraria: "La gente no se lo ha creído porque persiste la discrepancia. El Gobierno ha intentado un cambio después de su fracaso en la negociación con ETA y ahora le interesa la imagen de unidad, pero ya no resulta creíble". Es decir, todos se acusan de falta de credibilidad.

Elorriaga añade, además, que la posición del Gobierno ha sido menos creíble aún por la forma en la que ha gestionado la convocatoria. "Ha habido una evidente falta de compromiso del Ejecutivo con el acto y ni siquiera ha estado Zapatero, ni el resto del Gobierno, mientras que nadie ha echado en falta a nadie del PP, y eso lo han percibido los ciudadanos. Los del PP es obvio que no le creen, pero tampoco lo han hecho los de la izquierda". La dirección del PSOE explica que los ciudadanos no creen al PP porque dan por hecho que seguirá utilizando el terrorismo, tras la reiteración. Lo basan en las cifras: de las 110 iniciativas parlamentarias de Rajoy, 21 se han referido al terrorismo y en que ayer mismo hubo ya declaraciones críticas de dirigentes del PP contra el Gobierno.

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DESAPEGO POLITICO

Tampoco hay acuerdo sobre el posible desapego entre ciudadanos y políticos como causa de la desmovilización. Elorriaga se basa en la experiencia de otras convocatorias similares que sí han sido un éxito.El socialista Torres Mora da por hecho que "las de la AVT han generado desconfianza porque los ciudadanos no quieren que se politice la lucha antiterrorista". El diputado del PSOE explica que "sí hay desapego porque la gente está en contra del uso del terrorismo" y Zárraga asegura que "la gente está muy distanciada del asunto y está muy harta de manifestarse".
Ambos coinciden en la confusión creada por el PP y la AVT durante años.

IMPACTO EMOCIONAL

Otro punto mucho más delicado es el medir si este asesinato ha tenido un menor impacto emocional que otros, por haber sido en Francia y no de forma premeditada. Tampoco hay acuerdo, porque Elorriaga destaca que ha sido un joven en el ejercicio de sus funciones y sí hay ese impacto, como lo hubo cuando la T-4 y tampoco hubo participación masiva.Zarraga explica que las grandes manifestaciones se han producido con alto contenido emocional como los secuestros de Miguel Angel Blanco y Ortega Lara.

NO REIVINDICATIVO

Todos coinciden en que la reivindicación moviliza más y el ciudadano llega a considerar que no es necesario movilizarse contra ETA, porque se da por hecho que se rechaza el terrorismo. Zárraga sostiene que en actos de "lucha política" que puedan servir para presionar si hay movilización y la poca gente que fue lo hizo para decir "Zapatero no estas sólo" o "Zapatero dimisión". Coincide Torres Mora, para quien "mucha gente entendió que no era necesario", porque se da por hecho que se está contra ETA.

FALLOS LOGISTICOS

Es casi una verdad absoluta que si uno de los dos grandes partidos quiere que un acto sea un éxito de asistencia, está en sus manos lograrlo. Los del PP admiten que en los actos de la AVT hubo mucha gente poque el partido movilizó a sus militantes. Esta vez, la izquierda, aparente impulsora del acto, no lo hizo. Torres Mora asegura que se publicitó poco la concentración y la dirección del PSOE admite que se limitaron a pasar sms entre algunos militantes de Madrid, pero no se movió ni un sólo autobús.

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