ETA ha necesitado poco más de 24 horas para atentar de nuevo tras anunciar el viernes en un comunciado su intención de actuar “sea donde sea” contra las Fuerzas de Seguridad y “aparatos del Estado español”. Lo hizo ayer mismo con la colocación, en los juzgados de paz de Sestao (Vizcaya), de un artefacto cuya deflagración no causó heridos, pero sí importantes daños materiales en la sede judicial y en las viviendas del entorno. La bomba estaba compuesta por dos o tres kilos de amonal y originó un agujero de dos metros.

La reaparición de la organización terrorista se produce dos semanas después de que matara a los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero –dos de los tres presuntos autores fueron detenidos a los cuatro días del asesinato– en Capbreton (Francia).

El atentado de ayer, sin embargo, recordó al anterior cometido por ETA, en el juzgado de Getxo, el 11 de noviembre. El modus operandi seguido entonces por los terroristas, que en una llamada al Servicio de Emergencias del Gobierno vasco informaron sólo de un artefacto –había una segunda bomba trampa contra la Ertzaintza–, llevó ayer a la Policía autonómica a extremar las precauciones.

La alarma ayer se encendió hacia las doce y media de la noche, cuando una persona que decía hablar en nombre de ETA comunicó en una llamada a la DYA que a la una de la madrugada iba a estallar una bomba en los juzgados de Sestao.

Un 'salto cualitativo'

Diversas patrullas de la Ertzaintza se dirigieron al lugar, y tras confirmar la presencia de una bolsa en la puerta de la sede judicial, procedieron a acordonar la zona y a desocupar algunos locales de hostelería abiertos en el entorno. Como había anunciado el comunicante en nombre de la banda, el artefacto, compuesto por un temporizador y entre dos y tres kilos de amonal, explotó hacia la una de la noche.

La Ertzaintza, incluida la Unidad de Desactivación de Explosivos, siguió trabajando en la zona durante varias horas hasta asegurarse de que no había una segunda bomba, como en el caso de Getxo.

El consejero vasco de Justicia, Joseba Azkarraga, afirmó que este atentado supone un “salto cualitativo” de la banda, ya que los juzgados de paz habían sido objetivo normalmente hasta ahora de los ataques de la kale borroka. En alusión a la izquierda abertzale, aunque sin citarla, aseguró también que “ya vale de silencios”.

G. M.
Bilbao // Aparte del atentado de ETA contra los juzgados en Sestao, Euskadi registró ayer brotes violentos de kale borroka en Barakaldo, Lekeitio, Oiartzun y Vitoria.

El primer ataque se produjo en la capital alavesa, donde hacia medianoche un grupo de desconocidos lanzó un artefacto compuesto por líquido inflamable y un petardo de pirotecnia contra el cajero de una sucursal financiera. El fuego provocó sólo daños en la oficina, según informaron fuentes del Departamento vasco de Interior.

Otra entidad financiera fue también objetivo de los violentos en la localidad vizcaína de Barakaldo, donde pasadas las 00.15 horas los radicales rociaron otro cajero con líquido inflamable para posteriormente pegarle fuego. El incendio, que causó daños “mínimos”, fue sofocado por agentes de la Ertzaintza.

En Lekeitio (Vizcaya), unos desconocidos atacaron el batzoki –sede social del PNV– con el lanzamiento de ladrillos y pintura contra la fachada, según informaron las mismas fuentes. El ataque, que tuvo lugar sobre la 1.50 horas, se saldó con varios cristales rotos y manchas de pintura en el edificio.

Por último, EA denunció también ayer el ataque registrado contra el domicilio en Oiartzun (Guipúzcoa) de un concejal de este partido en Rentería, donde desconocidos lanzaron huevos, harina y mantequilla. El Departamento vasco de Interior confirmó que estos hechos se produjeron durante la medianoche.