Este artículo se publicó hace 13 años.
Faltan 100 días para las elecciones del 20-N
Los equipos de Rubalcaba y Rajoy buscan convencer al electorado de que sus respectivos programas son los que mejor encajan con las necesidades de los españoles
Dentro de 100 días será 20 de noviembre, la fecha decidida por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para que se celebren las elecciones generales. Estas son las jornadas con los que cuentan los equipos de campaña de Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) y Mariano Rajoy (PP) para convencer al electorado de que sus respectivos programas son los que mejor encajan con las necesidades de los españoles. Con los resultados de las últimas encuestas -que dan al PP como seguro ganador- y a tenor de la clara victoria de los conservadores en las autonómicas y locales del 22-M, ambas formaciones tienen sus deberes claramente diferenciados. Los socialistas están ante el reto de dar la vuelta a las encuestas y recortar al máximo la ventaja del principal partido de la oposición, que, por su parte, debe hacer todo el esfuerzo posible para seguir contando con la confianza de la mayor parte del electorado. ¿Cómo lo harán? Los equipos de campaña de ambos candidatos están aprovechando el mes de agosto para trazar los ejes que vertebrarán los programas electorales, así como la estrategia a seguir.
El plan de trabajo diseñado por los socialistas implica cero vacaciones y constantes apariciones públicas del equipo de campaña, sobre todo del candidato. Poco amante de los actos multitudinarios, es frecuente que Rubalcaba comparezca ante los periodistas o que se deje ver por las calles haciendo gala de la filosofía "escuchar, hacer, explicar". Desde el primer momento, el dirigente socialista ha hecho de la creación de empleo -especialmente el juvenil- el eje central de su discurso, que ha ligado a la educación. Sin embargo, también lo acompaña con el deseo de mejorar la calidad democrática del país y trabajar por la igualdad de oportunidades. Entre sus principales retos, sin duda, movilizar a los abstencionistas. Una bolsa de votantes donde han caído un buen número de decepcionados con el PSOE por los recortes de 2010.
Mientras, si hay alguna expresión que pueda definir los próximos meses del líder del PP es la de "perfil bajo". En el partido están convencidos de que, al igual que ocurrió en la precampaña para las autonómicas y municipales, su jefe de filas huirá de las grandes polémicas y se centrará en hablar de economía sin hacer grandes anuncios.
Una de las piedras que más molestaban en el zapato de Rajoy se llama Francisco Camps. Con el presidente de la Generalitat Valenciana ya apartado de sus funciones, el líder de los conservadores respira más aliviado. Pero todavía queda la foto del presidente sentado en el banquillo acusado de un delito de cohecho pasivo impropio.
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