Feijóo fracasa en sintento de vender coches de la Xunta

Al final, parió un ratón. El anuncio electoral del presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, de liquidar la "tendencia al lujo" que achacó a su antecesor con una decisión ejemplarizante: vender parte de la flota oficial de la Xunta, ha tenido al final más rentabilidad electoral que real. El Gobierno de Galicia sólo consiguió ayer vender tres de los 20 vehículos oficiales que subastaba cumpliendo la promesa electoral que Feijóo lanzó en plena campaña, antes de los comicios autonómicos del pasado 1 de marzo.

Feijóo resumió la actitud del entonces aspirante a la reelección en la Xunta, el socialista Emilio Pérez Touriño, bajo el epígrafe del despilfarro, y tomó como bandera su vehículo oficial, un Audi A8 "más caro que el coche de Obama", según el líder del PP gallego.

Este sábado fueron precisamente dos coches de la misma marca y modelo los que vendió la Xunta, con la salvedad de que fueron adquiridos durante el paso de Manuel Fraga por la presidencia del Ejecutivo Gallego, en el que el propio Feijóo era conselleiro. El otro vehículo vendido fue también un Audi, de menor gama. El importe de los tres coches subastados no llegó a 29.000 euros.

El resto del parque móvil de la Xunta subastado este sábado, 17 vehículos, no interesó a ningún comprador. La puja pretendía completar la permuta que la Xunta cerró en días pasados para desprenderse de tres A8 blindados, uno comprado por Touriño y dos por Fraga, a cambio de doce vehículos que, según el Gobierno gallego, se emplearán para la prestación de servicios sociales.

Núñez Feijóo prometió en campaña vender el Audi A8 de Touriño y adoptar como coche oficial un Citroën fabricado en Vigo. No lo hizo.

Feijóo realizó este anuncio desde un Citroën C6 como el de Sarkozy, que sólo se produce en Francia, y que utilizaba "gratis total", al ser cedido por un concesionario.