Este artículo se publicó hace 16 años.
La firma de las bombas de racimo, en diciembre
España suscribirá el pacto en Oslo
Para el Gobierno central no cuentan algunas caras largas que en el pasado –y no hace tanto– puso a la paralización de la fabricación de las bombas de racimo. Todo lo contrario. El Ejecutivo, dijo ayer el titular de Exteriores en el Senado, “siempre estuvo comprometido”, “siempre” quiso prohibir su uso y “siempre se situó en la vanguardia”.
La prueba es que el Gobierno, dijo Miguel Ángel Moratinos, promoverá “lo antes posible” la ratificación del tratado de Dublín sobre la munición de racimo, negociado el pasado 28 de mayo en la capital irlandesa por 107 países.
Será el 3 de diciembre cuando España suscriba el pacto en Oslo. Después, se iniciarán “de forma inmediata los trámites legislativos” para la ratificación del texto “por la vía de urgencia”. A fin de cuentas, son las dos Cámaras las que deben dar el visto bueno final al tratado.
El ministro, tras la pregunta del senador Hilario Caballero (PSOE), evaluó “muy positivamente” el acuerdo de Dublín, por que toda la comunidad internacional “debe felicitarse”. Fuentes de Exteriores ya aseguraron durante la negociación que España no esperaría a diciembre para cumplir todas las exigencias del tratado.
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