Este artículo se publicó hace 13 años.
Frenazo a la velocidad en las ciudades
Tráfico bajará el límite a 30 kilómetros por hora en la mayoría de las vías urbanas
La Dirección General de Tráfico (DGT) propondrá reformar el Reglamento de Circulación para reducir de 50 a 30 kilómetros por hora el límite de velocidad para las vías urbanas de un solo sentido o con un único carril por sentido, que constituyen el 80% de las calles de las ciudades. Esta medida, consensuada con la Federación Española de Municipios y Provincias, busca reducir los accidentes en estas zonas en más de un 50% y frenar la contaminación.
El nuevo límite de velocidad, anunciado hoy en Córdoba por el director de Tráfico, Pere Navarro, durante el II Encuentro de ciudades para la seguridad vial, fue criticado por los colectivos de conductores y celebrado por las asociaciones de peatones. Navarro, que considera "un disparate" mantener el límite de 50 kilómetros por hora en las calles de un único carril y repitió, una vez más, las ventajas de reducir la velocidad: "[En un choque] a 70 kilómetros por hora no se salva nadie, a 50 kilómetros por hora se salva un 50% y a 30 por hora se salva el 95%".
La directora del Observatorio de Seguridad Vial, Anna Ferrer, indicó que las vías afectadas por el cambio en el límite de velocidad sólo soportan el 20% del tráfico de las ciudades, aunque cuantitativamente sean la mayoría. Las zonas 30 ya existen en Barcelona, Valencia, Madrid y Pontevedra.
De hecho, Navarro aseguró por la tarde en la Cadena Ser que la limitación de velocidad se debe a una petición de los propios ayuntamientos para "adecuar lo legal a lo real". "Los ayuntamientos están implantando zonas 30 por sentido común; eso les obliga a poner un cartel en cada esquina y por eso plantearon: ¿por qué no nos dais el paraguas? Que la [velocidad máxima] genérica sea 30 y si alguien la quiere subir, que la suba", explicó.
El nuevo tope está consensuado con los distintos ayuntamientos
Eso es precisamente lo que critica Automovilistas Europeos Asociados (AEA). Su presidente, Mario Arnaldo, encuentra positiva la limitación a 30 kilómetros por hora, pero sólo "si se aplica de manera razonada, haciendo estudios de movilidad calle a calle y realizando las modificaciones urbanísticas que sean necesarias".
Las críticasSi el nuevo reglamento significa simplemente "pintar en el suelo la señal de 30", insiste Arnaldo, "la medida será un fracaso y la siniestralidad no sólo no se reducirá sino que puede que aumente". La DGT, consciente de que "las cosas no se hacen sólo colocando una señal", apuntó Ferrer, estudia utilizar marcas en el asfalto o estrechamientos de la vía a la entrada de la calle para "advertir al conductor de que está entrando en una calle limitada a 30 kilómetros por hora".
El Real Automóvil Club de España (RACE) tampoco ve con buenos ojos el nuevo límite anunciado por Navarro. Considera que la medida parte de un planteamiento erróneo porque "el remedio a la siniestralidad no es reducir la velocidad, sino ajustarla al tráfico y a los usos de la vía", explica el director de Seguridad Vial del RACE, Tomás Santacecilia. Eso significa implantar una señalización variable. "El tráfico es asimétrico y por eso la señalización estática es obsoleta", insiste Santacecilia, que reclama "un consenso social, científico y político" para modificar los límites de velocidad. "Somos partidarios de la educación, no de la prohibición", concluye.
Menos contaminaciónDisminuir los niveles de contaminación es otro de los motivos que han impulsado esta nueva medida de la DGT, que llega semanas después de que la Generalitat de Catalunya decidiera eliminar la mayoría de zonas de limitación de velocidad a 80 kilometros por hora en los accesos a Barcelona. Para frenar las emisiones de CO2, Automovilistas Europeos Asociados aboga por otro tipo de medidas como la mejora del transporte público y el rejuvenecimiento del parque automovilístico: "Los coches que circulan por España tienen, de media, 13 años, y contaminan tres veces más que un vehículo comprado hoy", insiste Arnaldo.
Los peatones, sin embargo, aplaudieron la medida de la DGT porque apuesta por el "respeto y la convivencia" entre los usuarios de la vía, señaló el presidente de la Federación Internacional de Peatones, Ole Thorson. Para el coordinador del Foro de Organizaciones Peatonales Andando, Pablo Barco, el cambio reduce "el déficit que tienen las ciudades con los peatones", que son el elemento más vulnerable" del tráfico, según Navarro. En 2009, los peatones representaron el 46% de los fallecidos en zona urbana.
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