Este artículo se publicó hace 16 años.
Gabriel Elorriaga: "No puedo jurar que no lo dijera"
El dirigente conservador titubea tras el desmentido oficial por sus declaraciones al ‘Financial Times’ sobre el plan del PP para desmotivar el voto socialista
“No me atrevo a jurar que a lo largo de una hora y media no lo dijera”. Lo ha confesado Gabriel Elorriaga, secretario de comunicación del PP, en referencia a sus declaraciones al rotativo británico Financial Times sobre cómo “toda la estrategia” del PP pasa por “sembrar dudas” entre los votantes socialistas” para así lograr que el día 9 “se queden en casa”. Es decir, que se abstengan.
La publicación de la noticia, el pasado viernes, desató un terremoto político cuya onda expansiva sigue creciendo. A las 22.45 de esa misma noche, y sólo después de que Zapatero lanzara un dramático llamamiento a votar “por dignidad democrática” frente a quienes abogan por “la abstención, el voto más triste”, el PP difundió un confuso desmentido: “Elorriaga desmiente la información del Financial Times”, era el título. La autora de la crónica, Leslie Crawford, corresponsal del diario en España, se ratificó en lo publicado.
Ahora, el propio Elorriaga admite que no sabe si dijo lo que dijo, es decir, aquello que su partido se apresuró a negar en un comunicado que no precisaba si el mentís afectaba a todos los entrecomillados o sólo a una parte de ellos.
"No veo recogida la tesis –contó ayer el dirigente del PP a un grupo de periodistas que siguen la caravana de Rajoy– , ni me veo ni reconozco en los entrecomillados. Yo no tengo la impresión de haber dicho eso en ningún momento. No me atrevo a jurar que a lo largo de hora y media no lo dijera, pero para mí los literales (sic) no se corresponden con la verdad”.ç
Ni protesta ni rectificación
La cúpula del PP reconoce que difundió el desmentido a una hora tan tardía precisamente porque el PSOE utilizó el asunto como ariete esa misma jornada. Los conservadores daban por hecho que Zapatero emplearía la información del Financial en el debate de hoy con Rajoy, pero no que dispararía toda su munición argumental de inmediato. Los socialistas, en efecto, hundieron el estilete en la herida y, de momento, no parecen albergar la intención de dar ni un paso atrás respecto a un error de gran calibre: admitir que el objetivo del PP es hacer flaquear a los votantes socialistas.
¿Y qué ha hecho el PP para enmendar el supuesto tropiezo del Financial Times, uno de los diarios más prestigiosos del mundo, considerado la biblia del periodismo económico? Elorriaga no dijo ayer una palabra al respecto. Pero el entorno de Leslie Crawford confirmó a Público que, al menos hasta ayer domingo, a las 17.30, el PP no había dado señales de vida: “No han llamado para protestar ni para rectificar”, dijo una persona muy cercana a la periodista. La fuente precisó que la entrevista con Elorriaga se realizó en persona y no por teléfono, tuvo una hora aproximada de duración y se desarrolló con el objetivo de ser publicada íntegra, “salvo varios off the record que no trascendieron “por petición del entrevistado”. En 20 años de profesión -apostilló la fuente-, Crawford “nunca había sufrido un desmentido de este porte”.
Miedo al poder ciudadano
”En su charla con el diario británico, Elorriaga afirmó: “Sabemos [que los electores socialistas] nunca nos votarán. Pero si podemos sembrar suficientes dudas sobre la economía, la inmigración y las cuestiones nacionalistas, entonces quizá se queden en casa”. El eco de sus opiniones sigue vivo: “El PP desincentiva el voto porque “tiene miedo del poder de los ciudadanos y al poder de todos los que no son Pizarros”, acusó la vicepresidenta y candidata del PSOE por Valencia, María Teresa Fernández de la Vega.
En la prensa afín al PP, las palabras de Elorriaga encontraron el sábado escaso espacio y crédito. Pero el malestar por su tropiezo ha terminado aflorando. Por ejemplo, en la edición del sábado, el diario El Mundo cuestionó la veracidad de lo publicado por el Financial Times y habló de “supuestas declaraciones”.
Ayer, en cambio, en su Carta del director, Pedro J. Ramírez, partidario de una suerte de frente anti PSOE articulado en torno al PP y la UPyD de Rosa Díez, no ocultaba su irritación: “(...) Pero incluso si esa convergencia transideológica de defensores de la Constitución de 1978 no se ha producido aún, en lugar de mariposear con la abstención al modo de Elorriaga en el Financial Times, merece la pena apelar a la esclarecedora enseñanza de lo que ocurrió hace dos siglos”.
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