Este artículo se publicó hace 13 años.
El Gobierno trata de enviar medicinas al cooperante herido
Los agentes antiterroristas españoles creen que sus heridas no tienen por qué hacer peligrar su vida
El Gobierno ya trabaja sobre el terreno en la liberación de los dos cooperantes españoles secuestrados en los campamentos saharauis de Tinduf el pasado 22 de octubre. Uno de ellos, Enric Gonyalons, resultó herido de bala en una pierna durante el asalto. La Agencia de Información de Nouakchott (ANI, en sus siglas en francés) asegura, citando a un mediador de la zona, que el Ejecutivo español está intentando hacer llegar medicinas a los secuestradores para que traten a Gonyalons.
El hecho de que los tres cooperantes Gonyalons, Ainhoa Fernández del Rincón y la italiana Rosella Urru estén en manos de la katiba (facción) de Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI) que lidera Mokhtar Belmokhtar invita a los agentes antiterroristas españoles a pensar que las heridas del mallorquín no tienen por qué hacer peligrar su vida.
Un mediador local asegura que Mokhtar Belmokhtar está detrás del rapto
El anterior secuestro de españoles fue perpetrado por el mismo grupo, también se produjo en el momento del asalto un herido de bala (Albert Vilalta) y, en aquel caso, los captores aceptaron las medicinas que los agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) entregaron a los mediadores. Vilalta regresó a Barcelona tras diez meses de secuestro en buen estado de salud, aunque cojeando de la pierna en la que había recibido tres disparos. Los secuestradores le llegaron a escayolar la pierna.
El mediador citado por la agencia de la capital mauritana confirma que el grupo de Belmokhtar está detrás del secuestro y asegura haber hablado con integrantes del mismo, que retienen a los cooperantes en el desierto del norte de Mali. La información de ANI confirmaría el envío a Mali de un grupo de agentes del CNI para, como en el anterior rapto, negociar la liberación a través de intermediarios. El Centro Nacional de Inteligencia ha mantenido activa la red de colaboradores que estableció en el secuestro de Vilalta, Roque Pascual y Alicia Gámez. El presidente maliense, Amadou Toumani Touré, puso a disposición de los agentes españoles al jefe tuareg Iyad Ag Ghali, con experiencia en la negociación de anteriores secuestros.
A la espera de AQMIAl Qaeda trasladará sus verdaderas exigencias a través de intermediarios
Los servicios de información españoles han advertido al Gobierno de que el rapto puede prolongarse durante meses. Tras la confirmación a través de mediadores de que los secuestrados están en poder de Al Qaeda para el Magreb Islámico, se espera un comunicado de reivindicación por parte de la organización terrorista. AQMI se sirve de un portavoz oficial, al que reconocen medios locales o las cadenas de televisión árabes, para leer el comunicado. En otras ocasiones recurre a un vídeo grabado por Al Andalus, su productora para internet.
Como suele ocurrir en estos casos, en la primera comunicación o en otras posteriores, los terroristas trasladarán exigencias inasumibles, como la retirada de tropas de Afganistán o la excarcelación de presos en Europa, para hacer llegar otras a través de los mediadores. Esas serán, de confirmarse la autoría de Belmokhtar, dinero y quizá la excarcelación de terroristas presos en algún país de la zona. Ambas fueron satisfechas por el Gobierno español para liberar a Gámez, Vilalta y Pascual.
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