Este artículo se publicó hace 13 años.
Gómez se pondrá al servicio de los indignados
Les advierte de que "es posible cambiar el mundo desde la política"
Tomás Gómez también está "indignado". Con los intereses económicos, con la gran banca y con la "forma de ver" la economía y el mundo de los grandes empresarios. El candidato socialista hizo ayer suyo el discurso del Movimiento 15-M, cuyo epicentro está en la Puerta del Sol de Madrid. Precisamente, en el corazón de la Comunidad que aspira a gobernar a partir de mañana.
Gómez se presentó ayer como el candidato de todos esos ciudadanos que llenan la plaza desde el lunes. No les pidió el voto para el PSM de forma explícita, sino que se limitó a solicitarles que acudan masivamente a votar.
Lissavetzky emplaza a la gente
Porque, en su opinión, "sí hay futuro". Un futuro que únicamente podrá llegar "con la política y desde lo público". "Solo a través de lo público es posible cambiar una realidad injusta", señaló. Gómez ha centrado su campaña en demostrar que será "el presidente de la gente común" frente a Esperanza Aguirre, presidenta "de los negocios".
Los servicios públicos y su defensa han sido el eje de su discurso. Por eso, se presenta como el garante de las reclamaciones de los indignados si vence en los comicios. "Quiero responsabilizarme de esos jóvenes a partir del lunes", recalcó.
El ofrecimiento lo hizo en el mitin de cierre de campaña del PSOE, que abarrotó el Pabellón 5 de la Feria de Madrid (Ifema). Y lo hizo junto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, uno de los focos de las críticas del Movimiento 15-M, por los recortes que ha impulsado desde el Ejecutivo para hacer frente a la crisis.
Gómez afirma que, si gana el PSM, Madrid
Beneficia a la derechaGómez es consciente del daño que hace la abstención a los partidos de izquierda. Por eso les advirtió a quienes no piensan acudir a votar el domingo de los riesgos que corren. "Todo aquel hombre o aquella mujer que se siente de izquierdas y no vaya a votar, con su abstención, está dando su apoyo a la derecha", les dijo.
En el mismo acto, el candidato a la alcaldía de la capital, Jaime Lissavetzky, también hizo un guiño a los indignados. Aseguró entender que haya "gente desesperada", pero consideró que "hay que votar" y que "la única alternativa es el PSOE". El socialista, agregó, es "un voto a favor de la sensatez".
Lissavetzky reclamó la herencia de su partido para defender una política fiscal "justa" y "progresiva", exigir la "igualdad de oportunidades" y anunciar un proyecto para la ciudad "de la sostenibilidad y del medio ambiente". "No del miedo ambiente, como ha creado la señora [Ana] Botella", ironizó.
Gómez, por su parte, se ciñó al guión que ha marcado durante la campaña y que ha parecido calar, por lo menos, entre su militancia. En Ifema fue recibido al grito de "el presidente de la gente corriente" por miles de simpatizantes. La defensa que hizo de los servicios públicos fue una de las estrofas de su intervención que mayor ovación provocó en el público, completamente entregado a la causa.
La libertad, según él, "sólo se puede alcanzar con la igualdad" y esta, a través del Estado del bienestar. Porque "el miedo es el peor carcelero del ser humano". "El miedo a que los hijos no tengan una educación, el miedo a la enfermedad o el miedo a que un hijo sea discapacitado y no pueda valerse por sí mismo". En su opinión, "los servicios públicos son el camino a la libertad", porque "quitan el miedo, dan seguridad y confianza".
El domingo, insistió el candidato socialista, hay que elegir entre "el modelo del negocio, que es el del PP", y el de "la gente común", que es el suyo. El Ejecutivo de Esperanza Aguirre "ha cogido la educación, y por 600 millones de euros se lo ha dado a un fondo de inversión". Si él gana los comicios, agregó, Madrid volverá a ser "un referente de una sociedad justa".
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