El recién propuesto vicesecretario de Comunicación y portavoz del PP, Esteban González Pons, echó ayer un cable a Mariano Rajoy en los micrófonos de TVE. Con el fantasma del voto en blanco como amenaza del sector más crítico del partido como telón de fondo, señaló que “hoy por hoy” recurrir a esta opción “no es votar contra Rajoy, es votar contra el PP”. A su juicio, “después de todo lo que ha pasado” antes del Congreso estos sufragios no serían interpretados como un voto de castigo al líder del PP, sino como algo que iría contra el partido.

Esta última impresión del portavoz propuesto por Mariano Rajoy es compartida en parte por la mayoría del partido. Creen que el hecho de que Mariano Rajoy haya nombrado a María Dolores de Cospedal como ‘número dos’ de su lista ha cerrado de un portazo la posibilidad de interpretar el voto en blanco como castigo al único candidato a seguir presidiendo el PP.  Consideran, pues que esta posibilidad se ha “desinflado”.

Además, fuentes del partido recalcan que el escenario de un voto en blanco significativo como señal de protesta no es muy posible en tanto en cuanto ningún destacado dirigente del partido ha hecho un llamamiento para que los descontentos se acogiesen a esta opción. Sí alertan, no obstante, de otro factor a tener en cuenta: la abstención. Creen que para los compromisarios es más difícil trasladarse a Madrid, sede de los últimos congresos, que a Valencia. De hecho, ayer el espacio dedicado en el plenario a los delegados madrileños presentaba un significativo número de butacas vacías. En el PP madrileño aseguran que jamás han llamado al voto en blanco de sus compromisarios, pero que no verían “descabellado” que los delegados recurrieran a esta opción de voto.

Pese a que la opción del voto en blanco parece perder fuerza, todavía hay quien se resiste a mostrar su apoyo a Rajoy a la espera de conocer más datos sobre su equipo. En esta posición se encuentran el secretario ejecutivo de Comunicación en funciones, Gabriel Elorriaga y el portavoz del PP en Europa, Jaime Mayor Oreja.

El 10%, listón mínimo

Para que el voto en blanco no pase inadvertido algunas de las voces más críticas en el PP tienen una barrera: la del 10%. Un porcentaje de voto en blanco inferior a esta cifra podría pasar sin pena ni gloria. En la historia del PP, la única vez que se ha dado un escenario similar nos obliga a remontarnos a 1989, el congreso de la refundación. En este, la candidatura encabezada por Manuel Fraga recibió 311 votos en blanco, el 12,5% de los emitidos. En el extremo opuesto, se encuentra Aznar. En 1996 sólo recibió tres votos en blanco.