Gran parte del resultado de la legislatura se juega hoy en el Tribunal Constitucional. Hoy se reúne el Pleno del Tribunal, con ausencia de la presidenta, María Emilia Casas, y del vicepresidente Guillermo Jiménez, para estudiar el intercambio de recusaciones de magistrados, formuladas por el Gobierno y el PP.

Se trata de cambiar las mayorías del TC para intentar determinar el futuro de leyes como el Estatuto de Catalunya, la Ley de Igualdad y la ley del matrimonio homosexual, entre otras. Sobre todas ellas ha presentado el PP recursos de inconstitucionalidad, de modo que el TC pasa a ser una especie de tercera cámara, que examine las leyes, tras el Congreso y el Senado.Fuentes del TC explican que los magistrados del llamado sector conservador defenderán el rechazo a ambas recusaciones, mientras que los progresistas mantendrán el rechazo de plano de la del PP por extemporánea y por estar basada en una falsedad.Si prosperara la primera opción, quedaría un Pleno formado por diez magistrados, con cinco de cada sector, pero con voto de calidad del conservador Vicente Conde, que ejerce como presidente. Es decir, perdería el Gobierno y ganaría el PP. En el otro caso, quedarían apartados los dos conservadores, habría clara mayoría progresista, y se invertirían los términos, con claro triunfo del Ejecutivo.

Como es sabido la presidenta y el vicepresidente deben ausentarse del Pleno porque lo que se ventila es una reforma de la Ley Orgánica del propio tribunal, que alarga el mandato de la primera y perpetúa su voto de calidad para dirimir posibles empates y contra la que el PP presentó recurso de inconstitucionalidad.Apartados ambos, en el Pleno quedaban los conservadores que tenían mayoría con voto de calidad conservador. Sin embargo, el Gobierno presentó un escrito de recusación contra los magistrados conservadores Roberto García-Calvo y Jorge Rodríguez-Zapata. La base era un documento firmado por ambos en el que anticipaban su opinión contraria a la reforma del tribunal, antes de que el PP formulase su recurso.

A ese movimiento respondió el PP con una triple recusación que afecta a tres magistrados del llamado sector progresista: Pascual Sala, Manuel Aragón y Pablo Pérez Tremps. El argumento en este caso es una información periodística, publicada al día siguiente de poner en marcha la recusación, y que asegura que los tres participaron en una reunión en junio en la que anticiparon su apoyo a la reforma legal. No sólo no hay prueba o base documental de este hecho, sino que los seis magistrados que supuestamente estuvieron en esa reunión lo han desmentido. Entre esos seis se incluyen dos del llamado sector conservador, molestos con la recusación presentada por el PP.La innovación del Pleno de hoy es que, dado que en el TC no hay establecido un sistema de sustitución en caso de recusaciones, se ha permitido que los cinco magistrados recusados asistan y decidan sobre su futuro. En caso contrario hubiera sido imposible decidir por falta de quórum.

El primer punto del orden del día es el estudio de la triple recusación presentada por el PP. Fuentes del sector progresista anticipan que defenderán el rechazo de plano, por carecer de base. A ese rechazo se sumarán parte de los conservadores, molestos con el escrito del PP. Cuando se examine la presentada por el Gobierno, los conservadores defenderán también el rechazo. En ambos casos, cabe la posibilidad de que se acepte que se pronuncien las partes personadas y, por tanto, se retrase la decisión.Es decir, el objetivo del bloque conservador es descartar las cinco para mantener su mayoría. En todo caso, parece descartado que se acepten las cinco recusaciones, porque eso bloquearía el Tribunal hasta la próxima renovación o que se rechacen sólo las del PP.

El orden del día está establecido así, pero el escrito del PP pedía que se estudiaran todas en bloque. En este caso, el procedimiento determinará el resultado.