Este artículo se publicó hace 13 años.
Griñán, barón de barones
El presidente andaluz hace valer el peso de su federación en la renovación del PSOE. Los líderes territoriales discrepan sobre el papel de las bases
En el páramo de poder abierto ante el PSOE, Andalucía la próxima cita en la agenda electoral es una excepción, "la Galia socialista", como acuñó ayer su presidente, José Antonio Griñán. A salvo aún de las legiones del PP, esta comunidad es, además, la llave que abre el futuro del PSOE, al concentrar al 22% de su militancia. La federación andaluza aportará más delegados que ninguna otra al 38º Congreso. En el anterior (2008), Andalucía sumó 251 representantes de 995, cuando la segunda delegación, el País Valencià, tuvo 103. La proporción acredita su peso.
Aireando en público y en privado esta doble bandera elecciones inminentes y peso militante y orgánico, Griñán se erigió ayer en barón de barones. El líder de los socialistas andaluces fue el primero en tomar la palabra tras Zapatero y Rubalcaba y, desde este privilegio, desbrozó con su discurso el camino que seguiría la mayoría del Comité.
Haciendo gala de autoridad se dejó ver fuera de la sala del Comité Federal tanto como se hizo notar dentro, Griñán actuó como contrapeso de las voces que abogaron por la elección directa de la futura dirección por parte de los afiliados. El líder andaluz reivindicó como válida la fórmula de designación mediante delegados que establecen los Estatutos Federales del PSOE, su biblia orgánica.
"No hay procedimiento más libre, más abierto y más democrático", replicó Griñán, entre otros, al líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, que defendió que los militantes voten directamente al secretario general. "Esa legitimidad no te la da un congreso", según justificó. En saco roto, de momento.
"En los congresos del partido participan todos los militantes", recordó Óscar López, secretario general de Castilla y León, como hicieron también, entre otros, el líder del PSE, Patxi López "el PSOE hace una elección de abajo arriba que empieza por los militantes, explicó, y el de los socialistas valencianos, Jorge Alarte.
Conceptos como "democrático" o "abierto", cruzaron todas las intervenciones que abordaron la próxima renovación del PSOE en el nuevo "tiempo de los militantes" proclamado ayer por Zapatero.
Chacón y RubalcabaEn esta fase recién estrenada, los dirigentes territoriales evitaron la discusión sobre nombres equilibrando elogios con milimétrica igualdad entre un Rubalcaba "magnífico" y una Chacón "admirable", por reproducir dos de los adjetivos más prodigados. La coincidencia mayoritaria, en todo caso, es que ambos se verán acompañados por alguna candidatura más si, finalmente, optan por competir en la carrera de la Secretaría General del PSOE en el 38º Congreso.
¿Y después? "Inclusión e integración" fue el mantra invocado por todos los barones, siguiendo la receta prescrita por Zapatero. Alguno recordó que Rubalcaba, precisamente, es fruto de esa generosidad integradora, ya que trabajó contra Zapatero en el 35º Congreso que lo encumbró.
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