Este artículo se publicó hace 13 años.
A Griñán le queda una última bala
Pese a que el PP gana terreno en Andalucía, sus nueve puntos de ventaja dejan el partido abierto para las autonómicas de primavera
El batacazo del domingo le quitó al PSOE de Andalucía 751.433 votos, 11 diputados y la aureola de imbatilidad en las generales, pero no le quitó del todo la razón a su líder, José Antonio Griñán. Cuando José Luis Rodríguez Zapatero adelantó los comicios al 20-N, el presidente andaluz decidió mantener las autonómicas en la primavera de 2012 convencido de que la coincidencia electoral, que tan bien le había funcionado a los socialistas desde 1996, perjudicaría esta vez sus intereses. Ayer, Griñán apareció en la sala de prensa del PSOE de buen humor y lo expresó sin tapujos. ¿Se alegra de haber retrasado las elecciones? "Todos lo dicen, hasta quien lo criticaba dice ahora que fue un acierto", manifestó el presidente de la Junta.
En efecto, con los resultados del 20-N en Andalucía, el PP habría conseguido la mayoría absoluta en unas autonómicas, según una simulación realizada por Carmen Ortega, directora del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (Cadpea). "Es una traslación aritmética, no política. Es una incógnita lo que pasará", señala Ortega. Pese a que la marea de datos a favor del PP es abrumadora, hay dos factores que juegan ahora a favor del PSOE, que aspira a que Javier Arenas no conquiste la mayoría absoluta. El primero es anímico. Los socialistas creen que pueden remontar después de que la diferencia se haya quedado en nueve puntos, cuando se esperaba una ventaja del PP cercana a los 15. El segundo es táctico. "Ha funcionado un voto de castigo por el paro contra el Gobierno, al que tiende a culparse de los problemas económicos. Eso no será así en las autonómicas", señala Ortega.
El presidente considera manejable la diferencia, mientras Arenas frena toda euforia en el PP
El PP, al alzaArenas sabe perfectamente que le va a costar mucho entrar en el Palacio de San Telmo, pese a que su secretario general, Antonio Sanz, se dedicó ayer a afirmar que el PP había roto todos los techos electorales y, por momentos, a dar a entender que su partido podría conseguir una mayoría absoluta en primavera prácticamente sin sudar la camiseta, al estilo de Mariano Rajoy. Sin embargo, Arenas rebajó toda euforia: "Las autonómicas no están ganadas bajo ningún concepto", dijo. Hay partido, pues. A Griñán le queda una última bala y no puede fallar el disparo.
Sin embargo, no le será fácil acertar el tiro. Los datos avalan la progresión del PP en la región. De los 552.683 nuevos votos del PP en España, 260.267 son en Andalucía (47,09%). El partido de Arenas tumbó además el penúltimo muro de contención de los socialistas y ganó apoyos en las pequeñas ciudades de tradición agrícola. En las municipales de mayo, el PSOE, pese a caer por 7,14 puntos e inaugurar su tendencia perdedora, fue más votado que el PP en 57 de los 98 municipios de entre 10.000 y 25.000 habitantes, lo cual matizaba su rotundo fracaso en las capitales de provincia y las grandes ciudades, salvo el fortín de Dos Hermanas (Sevilla). El domingo el PP le dio la vuelta. Fue más votado que el PSOE en 63 de estos municipios de entre 10.000 y 25.000. "Al PSOE ya sólo le quedan los pueblos pequeños, que son un cuarto de la población", opina Ortega. De su movilización depende que aguante en las autonómicas.
Los sondeos, que no contaron con los 200.000 votos de UPyD, daban más ventaja a la derecha
Pese a estos datos, Griñán ahuyentó con una sonrisa delante de los periodistas toda sensación de hundimiento y lanzó un mensaje claro a los suyos: nueve puntos de diferencia son "manejables" y son "una buena base" para "ganar las elecciones autonómicas" debido a que existe un escenario de "alta volatilidad" en el voto. Y hay además otras razones, que Griñán no expuso. Sobre todo, una. El presidente es ahora Mariano Rajoy y los socialistas cuentan con que los parados penalicen a partir de ahora a sus rivales. Para la remontada, además, los socialistas cuentan con aire fresco de Madrid. El congreso del PSOE tiene que salir bien, consideran, si Griñán quiere seguir de presidente. Ayer, el presidente almorzó con los ocho secretarios provinciales para allanar el terreno y tener toda la paz posible.
Pacto con IU y UPyDPara conservar el poder, el PSOE deberá pactar con IU, que logró el 8,2% de los votos y aspira a llegar como mínimo al 10% en las próximas autonómicas. La suma de votos de PSOE e IU es prácticamente igual a la que obtuvo el PP. Es decir, que la izquierda tiene posibilidades de vencer a la marea azul del PP. Sin embargo, estas elecciones depararon una sorpresa no contemplada por las encuestas. Carmen Ortega, de Cadpea, aún está estudiando los datos, pero adelanta que, para entender que la diferencia esperada de 15 puntos a favor del PP sobre el PSOE se quedara en nueve, es clave la "inesperada" irrupción de UPyD. La formación liderada por Rosa Díez le habría quitado votos a PSOE y a PP, pero sobre todo a independientes que eran "voto potencial de Arenas". "En verano a los independientes los tenía el PP, pero ha habido mucha gente de centro que se ha ido a UPyD", añade.
Las pequeñas ciudades de 10.000 a 25.000 habitantes ya no son fieles al socialismo
En medio de la incertidumbre, Braulio Gómez, sociólogo investigador en la Universidad de Edimburgo, arroja un jarro de agua fría sobre las expectativas socialistas: "En las elecciones no coincidentes baja la participación. Eso perjudica al PSOE. Los votantes que quieren un nuevo gobierno en Andalucía, los del PP, no se van a desmovilizar. En cambio, por lo visto en las generales, los socialistas no se movilizan para impedir el cambio".
El 20-N, el PSOE fue el único en perder (751.433 votos). El PP ganó 260.267; IU, 129.186; UPyD, 166.949; y el PA, 8.173. Los abstencionistas subieron de 1.597.260 en 2008 (26,22%) a 1.823.356 el domingo (29,32%), 226.096 más. Es decir, que de la suma de los votos ganados por todos los partidos más los nuevos abstencionistas sale una cifra, 790.671, muy similar al total de votos perdidos por los socialistas (751.433). Y es aquí donde está la clave: ¿Logrará el PSOE movilizar otra vez a los suyos tras más de 30 años de gobierno en Andalucía?
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