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De Guinea... y de derechas de "toda la vida"

Juan Antonio de la Morena (PP) se convirtió en 2007 en el primer alcalde negro de España

ELENA HERRERA

En 2007 se presentó a la alcaldía de Villamantilla, un pequeño pueblo situado en el oeste de la Comunidad de Madrid, y ganó. Nadie se extrañó en el municipio sus vecinos lo habían visto corretear por las calles del pueblo desde que era pequeño y llevaba tres legislaturas siendo concejal, pero su investidura sí provocó curiosidad de puertas para afuera.

Juan Antonio de la Morena (Malabo, Guinea Ecuatorial, 1970) se convirtió entonces en el primer alcalde negro de España y su color de piel en su mayor centro de interés. 'A los medios de comunicación y, en general, a todo el mundo le llama mucho la atención [esta característica] pero no es así en el ámbito en el que yo me muevo', señala.

Su padre emigró a Guinea en los años cincuenta, y allí se casó y tuvo ocho hijos

'La historia curiosa es la de mi padre, no la mía', explica a continuación. Su progenitor emigró a Guinea en los años cincuenta. Allí encontró trabajo en una finca en la que se explotaba madera y cacao, se casó con una guineana y tuvo ocho hijos. 'Uno de ellos fui yo', dice el alcalde.

Cuando De la Morena tenía 3 años se trasladaron a Villamantilla. Y allí sigue 38 años después. 'Integrarnos fue relativamente fácil, la gran ventaja es que mi madre cayó muy bien en el pueblo. Nunca tuvimos problemas', recuerda.

Dice que tiene la suerte de conocer directamente a sus vecinos y enuncia poco después uno de esos tópicos que tiene mucho de verdad: 'En los pueblos, la gente no vota a ideas políticas, sino formas de trabajar, de hacer, de dirigirte a ellos... Te eligen por la sensación personal que tienen sobre ti'.

No obstante, él se confiesa un militante 'orgulloso' de su partido, el PP. 'Soy de los que piensa que el individuo es lo más importante de la sociedad y con esa concepción sólo podría estar bajo las siglas del PP', confiesa justo antes de explicar que viene de una 'familia de derechas de toda la vida'.

Ha visto duplicar la población de su pueblo en los cuatro años que lleva como alcalde, de 652 a 1.150, pero eso no ha impedido que siguiera con su trabajo de siempre. Es abogado y regenta una asesoría en Villamantilla a la que dedica todas las tardes.

Asegura que no tiene un 'apego especial' a la política y que ocho años en el mando son suficientes para llevar a cabo los proyectos concretos que tiene en mente. 'Lo bueno de ponerse plazos en los cargos políticos es que no te apegas al puesto', declara.

Si el 22-M sus vecinos vuelven a elegirlo como alcalde, dice que la creación de una carretera de circunvalación al pueblo será su objetivo prioritario. Apostará además por el desarrollo del turismo rural para que Villamantilla pueda ser 'un referente en la Comunidad de Madrid'.

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