Este artículo se publicó hace 16 años.
"He llegado el sábado de pescar allí sin problemas"
Un pescador de Bermeo cuenta su experiencia tras cuatro meses en Somalia
Josu Iñaki Markaida no puede creerse que el atunero Playa de Bakio haya caído en las redes de los piratas, frente a la costa de Somalia. Él acaba de regresar a Bermeo tras haber pasado, los últimos cuatro meses, faenando en aquellas mismas aguas en busca del preciado cimarrón. “He vuelto el sábado pasado, y no hemos tenido ningún problema en este tiempo. Normalmente, hemos pescado tranquilos”.
Markaida es consciente de que otras tripulaciones han tenido algún que otro susto en campañas anteriores, pero habla tranquilo, con el sosiego propio de quien hasta el momento ha tenido la fortuna de no tropezarse con los piratas. “Yo volveré a pescar allí, tranquilo”, afirma.
No toda la gente que trabaja en el puerto de Bermeo vive estos días con la misma calma. Armadores y pescadores han sido testigos de otros asaltos cometidos por piratas en los últimos años. Según comentaba un veterano del mar tras conocer la noticia, algunos de los secuestradores son desertores de la guerra de Irak. Roberto Gabantxo, un patrón de un pesquero similar al Playa de Bakio, decía que los ladrones “saben bien con quién se meten. Los japoneses y los rusos nunca tienen contratiempos”.
El armador Antón Arenaza recuerda el episodio vivido por el Albakora 4, donde faenaba un yerno suyo. “Le cogieron y le llevaron a puerto, y se solucionó dando dinero. Van a por dinero (los piratas), les da dinero el armador y ya está”.
Según Josu Iñaki Markaida, el modus operandi empleado en el asalto al Playa de Bakio fue el habitual. Los piratas los asaltan con lanzagranadas o metralletas, y se hacen fácilmente con su control porque la tripulación, indefensa, prefiere no entrar en un enfrentamiento directo.
En una situación así, la única posibilidad de los pescadores depende de que puedan advertir la presencia de los piratas a tiempo para intentar escapar. Esa fortuna tuvieron en 2005 los pescadores del Playa de Aritxatxu, un barco de la misma compañía que el Playa de Bakio.
“Esto es de pena. Esta gente sale por ganar dos pesetas, y mira”, se lamenta Deli Bilbao, una vendedora de pescado del puerto de Bermeo: “La gente en el pueblo está muy afectada. No importa que sean de aquí, gallegos o negros. Son pescadores que van a ganar unas perras al mar”.
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