Este artículo se publicó hace 16 años.
"En la igualdad hay que darse prisa"
Es el miembro del Gobierno más joven de la historia. Sus prioridades son reducir al máximo los asesinatos machistas y conseguir la equidad entre hombres y mujeres.
Bibiana Aído, antes de la entrevista. DANI POZO
Ha sido educada en la igualdad y no tomó conciencia del feminismo hasta que se incorporó al mercado laboral. A su padre, lo educaron poco a poco para que colaborara en casa. Y el primer apellido de su sobrino es el materno. Las mujeres que más admira son la feminista Flora Tristán y Mª Teresa Fernández de la Vega. Confiesa que, desde que accedió al cargo, se ha metido en bastantes “charcos”. Tal vez por eso, se contiene mucho a la hora de hablar. También, porque no quiere “contaminarse” en polémicas estériles. Para que no la distraigan de sus objetivos: acabar con la desigualdad y la violencia de género.
¿Cuál es la mayor carencia de la ley contra la violencia de género?
Falta de coordinación. Mientras sigan muriendo mujeres no podemos darnos por satisfechas. Es necesario incrementar la coordinación porque una ley que aplica la estrategia de transversalidad por primera vez requiere mejorar la comunicación entre comunidades, ministerios y bases de datos. La violencia de género es una lacra de tal magnitud que tiene que estar por encima de partidismos.
¿Se ha planteado vigilar al maltratador más que a la víctima?
No vamos a coartar la libertad de las mujeres. Pero hay que buscar otras medidas de protección, como son los sistemas telemáticos -que estudia Industria- o mejorar en la valoración del riesgo. Si tenemos coordinación, podremos detectar qué mujeres están en situación de riesgo real.
¿La valoración del riesgo que se hace ahora no es eficaz?
Hay que mejorarla.
En este asunto, algunos hombres se quejan de que se les presupone la culpabilidad.
De los datos que tenemos lo que se deriva son más de 84.000 sentencias desde que se aprobó la ley y un 73% son condenatorias. La presunción de inocencia la tienen.
En Noruega, los que atienden el teléfono para maltratadores son voluntarios y no expertos ¿Qué profesionales atenderán en España este nuevo teléfono?
Está aún en desarrollo, pero apostaría por que sean personas formadas, que puedan orientar y derivar a otros servicios.
Los socialistas madrileños presentarán en el próximo congreso federal una enmienda que pide una ley de plazos para el aborto. ¿Qué le parece?
Es un tema que, en cualquier caso, se debatirá en el congreso. El Gobierno tiene una postura muy clara en materia de aborto, que es garantizar la seguridad jurídica de los profesionales que los practican y de las mujeres. Y, sobre todo, proteger la confidencialidad de sus datos, que es lo que se ha vulnerado.
¿Y cómo se hace eso?
Estamos trabajando en un decreto que prepara el Ministerio de Sanidad precisamente para garantizar esa seguridad y de momento no podemos avanzar nada. De forma paralela se pondrá en marcha una comisión para valorar la ley y ver si hay posibilidad de modificarla.
¿Admite que ha habido una cierta hipocresía por parte del PSOE, que quiso evitar que en las elecciones se votara a favor o en contra del aborto?
En el programa electoral se recogió lo que estamos haciendo ahora.
E insisto en que será el grupo de expertos el que estudie el tema.
Argumentando que la jornada de reflexión coincidía con el Día de la Mujer Trabajadora, se prohibieron manifestaciones. ¿Hubiera ocurrido lo mismo con el 1 de mayo?
Obviamente en las jornadas de reflexión no parece lógico que haya manifestaciones donde puede haber posibilidad de solicitar el voto para una fuerza política. Y quizá sea difícil controlar cualquier manifestación ciudadana masiva.
Pero el presidente ya sabía que la víspera era el día de la Mujer cuando escogió el 9 para celebrar las elecciones
[Silencio]
¿Cuál es ese nuevo modelo de masculinidad al que aspira?
La sociedad ha cambiado y las mujeres nos hemos adaptado a nuevos roles. Y, a la vez, seguimos desempeñando los tradicionales. Hace falta una adaptación, por parte de los hombres, a la sociedad actual. Temas concretos: compartir tareas en el ámbito doméstico. Cuestiones como el cuidado de los hijos o de las personas dependientes y mayores. Hay determinadas cargas y responsabilidades que vienen siendo de las mujeres y ha llegado el momento de compartirlas. Porque necesitamos cambios en el modelo social.
¿Qué tipo de cambios?
Un nuevo contrato social. Y la corresponsabilidad tiene que ser el eje vertebrador. Mientras no consigamos eso, estaremos muy lejos de una igualdad real y efectiva. Hablamos de hombres y mujeres corresponsables, en el ámbito privado y público. Obviamente tenemos que insistir en campañas de sensibilización pero… tiene que ser la ciudadanía quien se implique.
¿Qué tiene que hacer la mujer en su día a día?
El ministerio pone las herramientas para concienciar de la necesidad de cambiar el modelo pero hace falta otra mentalidad. De las mujeres y de los hombres. La mujer no puede estar en el trabajo pensando en la casa y en que tiene una lavadora por poner y que ha dejado al niño con su madre. O estar en casa pensando que tiene que terminar la crónica. Esa doble carga que tenemos las mujeres lleva a unos niveles de autoexigencia altísimos y así estamos...
¿Cómo estamos?
Tenemos que ser muy conscientes de que no nos toca hacerlo todo y además hacerlo bien. Hay que huir de ese concepto de superwoman al que nos hemos visto arrastradas. No hay que ser buenas en el trabajo, en la cocina, con la pareja e ir perfectamente vestidas y peinadas. Hay que disminuir ese nivel de exigencia. No culpabilizo en ningún caso a las mujeres de eso. Hemos sido arrastradas por los roles que hemos tenido que ir asumiendo sin que la otra parte haya tenido que asumir los nuestros.
El permiso de paternidad sigue siendo corto en comparación al de la mujeres y aún son pocos los que se acogen a él.
Estamos haciendo una revolución y tenemos que ser conscientes. El otro día estuve con embajadores nórdicos. Comparamos los modelos y me explicaban la resistencia existente en Noruega, Suecia y Finlandia todavía. Para nosotros son referentes. Y aún hablan de estas cuestiones. Se requiere un cambio de modelo social, mentalidad y estructura. Llevamos siglos a las espaldas de una forma de actuar y pensar, es difícil. Pero hemos dibujado el camino y dado un salto de gigante. En los últimos 20 ó 30 años.
Pero hay que tener prisa…
Eso sí es verdad. Tenemos que tener prisa, ha llegado el momento de tenerla. Y a nivel legislativo, hay que desarrollar y aplicar esas leyes. El cambio en la sociedad no se hace de un día para otro.
¿Su papel con el resto de ministros es el de Pepito Grillo?
Sí. La transversalidad obliga.
Si exceptuamos a Pedro Solbes ¿A qué ministro tiene que tirar más de la chaqueta?
Al de Trabajo. Afortunadamente, el miércoles se inició el diálogo social. Por primera vez en la historia, una mujer al frente del Ministerio de Igualdad estaba sentada en la mesa del diálogo social. Estoy convencida de que la incorporación de las mujeres en equidad al mercado laboral, con igual salario y posibilidades de promoción es buena para la sociedad desde el punto de vista económico. Durante mucho tiempo hemos desaprovechado parte del talento. Hubo un momento en que la fuerza física era el principal capital, en sociedades agrarias e industriales. Pero ahora estamos en la sociedad del conocimiento y es un despilfarro que nos permitamos prescindir de la mitad del talento.
¿Qué le respondería a los que la llaman ministra cuota?
Yo digo siempre que todos somos cuota. Todas y todos. Nos seleccionan para una responsabilidad concreta en función de una serie de características y condiciones. Ni el sexo ni la edad son sinónimos de incapacidad. Relacionar juventud y ser mujer, teniendo como tenemos la juventud más formada de la historia, no es sólo un insulto a mí.
Pero usted ha recibido más.
Yo he recibido más de todo. Pero no me gusta responder a eso. Tengo que seguir para adelante y no quiero distraerme de mis objetivos. Porque, si no, te contaminas.
¿Por qué el término feminista asusta a muchas mujeres, sobre todo a las de su generación?
No gusta, ¿verdad? Es porque no saben lo que significan. A mí me ha pasado. Luego lo explicas y se dan cuenta de las cosas que se han conseguido gracias al feminismo. No sólo el derecho al voto por el que pelearon las sufragistas. Prácticamente todos los avances sociales han sido gracias a las mujeres que han empujado. A las feministas las ridiculizaron durante mucho tiempo. Y hoy siguen provocando rechazo. Hay quien lo equipara al machismo, y en absoluto. El feminismo es una teoría de justicia social.
¿En qué cambia, si cambia algo, que en el Consejo de Ministros se sienten más mujeres que hombres?
Yo creo que sirve de ejemplo al resto de la sociedad. Si el Gobierno puede estar dirigido por más mujeres que hombres, o por el mismo número, también lo puede estar el consejo de administración de una gran empresa pública o privada, una entidad financiera o un sindicato. Se trata de dar ejemplo. Y además, sin duda, la inclusión de la mujer en la política trae que se aporten otras formas de hacer política y reivindicaciones.
¿Cómo cuáles?
La importancia de las plazas de guardería de 0 a 3 años o de las bajas por maternidad. Por ejemplo, hoy, todavía, las diputadas no pueden tenerla y eso que el Congreso es el órgano de representación del pueblo. Afortunadamente, ya hay hombres que son cómplices y se han incorporado al discurso de la igualdad. Porque, si se queda en una cosa de mujeres, los pasos que demos pueden ser en falso. Pero hay cosas que preocupan a las mujeres y que hay que visibilizar.
Alfonso Guerra dijo que no hay que caer de rodillas sólo porque una mujer diga que es maltratada. Por su reacción, ¿no entendió que lo decía en el contexto de la llamada de Mª Emilia Casas a la abogada que luego ha sido detenida por asesinato?
Yo no lo escuché. Lo vi por teletipo. Guerra es una persona clave para la Transición y un político de nivel, independientemente de que no comparta muchas de sus opiniones.
¿En qué ayuda a la mujer decir los y las especialistas o decir ‘miembras’? ¿No cree que el peligro es que la polémica distraiga la atención y tape el problema real, es decir, la violencia y la discriminación?
La gente tiene desigualdades más graves que ésa.
Por eso se lo preguntamos
Es que no quiero contestar a eso. No me gustaría entrar. ¡Que siga
el debate!
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