Este artículo se publicó hace 15 años.
La inocencia perdida de Caminero
Mientras el mundo del fútbol cree en la inocencia del ex jugador, los agentes que le acusan de blanquear dinero de la droga creen que era plenamente consciente de lo que hacía
La estupefacción recorre el fútbol español: ¿qué necesidad tiene José Luis Pérez Caminero, ex futbolista de élite, internacional con la selección española y en sus tiempos uno de los jugadores mejor pagados de la Liga, de verse mezclado en un turbio asunto de tráfico de drogas?
Los deportistas no parecen encontrarle una respuesta lógica a la pregunta, pero sí la Guardia Civil que la pasada semana detuvo al ex jugador. Mientras el mundo del fútbol cree sin dudarlo en la inocencia de Caminero y apela a las malas compañías o a su ignorancia para justificar sus actos, los agentes que desmantelaron la red de narcotráfico que introducía importantes cantidades de cocaína en España y luego lavaba las ganancias a través, de entre otros, gente como Caminero, están convencidos de que el ex futbolista era plenamente consciente del origen del dinero y no dudan de que ha incurrido en un delito de blanqueo de capitales.
El papel de Caminero en la trama era muy simple: presuntamente recibía billetes pequeños y los cambiaba por otros de mayor fracción en el banco, generalmente de 500. Las cantidades solían oscilar entre los 20.000 y los 30.000 euros. A cambio recibía una comisión de entre el 2% y el 3%. Ecodiario informa de que Caminero realizaba tres o cuatro viajes mensuales a Madrid y que llegaba a cambiar 150.000 euros al mes. Este medio se desmarca del resto y llega a afirmar que las comisiones que cobraba el ex futbolista nunca bajaban del 10% y que incluso en alguna ocasión llegó a llevarse el 18% del dinero que lavaba.
La frecuencia de los operaciones y el monto de las mismas empujan a los investigadores a pensar que Caminero tenía que saber sí o sí que aquello no era lícito. De hecho, El País cuenta que en una ocasión fue interceptado en la calle por una patrulla de la Policía Local de Valladolid con un buen fajo de billetes encima. Además, los pinchazos telefónicos y las vigilancias avalan supuestamente las acusaciones que pesan sobre él.
Ahora le tocará a un juez decidir si Caminero es inocente o culpable, y puede que lo sea, pero el problema como dice Carlos Suárez, presidente del Valladolid con el que Caminero trabajó tres años como director deportivo del club, "es que su nombre ya ha quedado manchado".
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