Gaspar Llamazares no tiene trade mark en el lenguaje de los sordos. Ellos tienen que deletrear su nombre. No hay seña específica. Eso no dejaba de ser una paradoja ayer, en una jornada mitinera en Pamplona en la que el coordinador general de IU preñó sus palabras de símbolos intencionadamente. Uno básico, de manual: cómo Navarra se convirtió, pasado el tormentoso verano de 2007, en el “exponente del fraude del voto inútil”. “El PSOE pidió el voto a la izquierda para cambiar el Gobierno, y cuando tuvo la oportunidad, se negó a cambiarlo y apoyó al PP”, bramó un Llamazares de pana (su nueva imagen en esta campaña) mucho más confiado y seguro que en días anteriores.

El candidato jugó con las razones por las que Ferraz no actó con IU y Nafarroa Bai para arribar al Gobierno. Miedo, por un lado. Y por otro, porel sellado de las reformas estatutarias para no perder La Mon-cloa. “Navarra ha pagado el giro al centro del PSOE”.

“El valladar” al PP
Eso valió a Llamazares arrogarse el papel de “principal valladar frente a la derecha”. Con pareado incluido: “Aunque la derecha se vista en campaña de seda, de la seda del centirsmo, de derecha ultramontana se queda”.
La memoria histórica nucleó su segunda parte del mitin
pamplonica. IU propondrá, tras el 9-M, la creación de una Fiscalía especial que promueva la anulación “automática” de los juicios franquistas, hubieran sido tribunales militares, de excepción o el famoso TOP. Otro símbolo. Como el himno de Riego de la II República interpretado por un joven trompetista que abrió un mitin presentado con mucho humor. Que ya era hora.