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IU renegociará con ICV los criterios para ir juntas a las europeas

Hay 'voluntad de acuerdo', pero será más exigente con los ecosocialistas si éstos quieren seguir de número dos

JUANMA ROMERO

La maquinaria avanza pesada y lenta, pero avanza. La nueva Izquierda Unida no quiere quemar todas las velas, no quiere fulminar su alianza estratégica con su socio, Iniciativa per Catalunya Verds (ICV). Sí pretende construirla sobre mimbres distintos, y en especial antes de los comicios europeos del 7 de junio.

IU debe atornillar su decisión –si concurre a las elecciones sola, en compañía y con qué compañía– el 7 de febrero, en la reunión de su Consejo Político Federal (CPF), su máximo órgano de dirección. A esa minicumbre la ejecutiva, encabezada por Cayo Lara, trasladará la “predisposición favorable” a repetir la coalición IU-ICV, como en 2004. Ahora bien, “no con las condiciones de 2004”. La cláusula la comparten todas las familias de la federación, y la subraya a Público el coordinador general: “Sí juzgamos positiva la suma de IU e ICV el 7-J pero, con matices, la mayoría cree asimismo que no se pueden producir las mismas distorsiones que hace cinco años. En cualquier caso, todo está abierto hasta que no se pronuncie el CPF”.

¿A qué alude Lara? IU, en 2004, ocupó con Willy Meyer (PCE) el número uno de la lista. El sillón dos quedó para Raül Romeva (ICV). En la federación aún “duele” que el eurodiputado ecosocialista se adscribiese al Grupo de los Verdes, y no al Grupo de la Izquierda Unitaria Europea, al que se adhirió Meyer. Para ICV, “esa premisa ya figuraba en los protocolos de 2004”, apunta el senador Jordi Guillot. IU entiende justo lo contrario.

La federación ya ha puesto en marcha el método. Cuatro miembros de la ejecutiva –Lara, Meyer, Rosa Aguilar y Ramón Luque– explorarán las posibilidades de acuerdo con ICV “y con el resto de la izquierda alternativa” y, en función de los resultados, elevará una propuesta al CPF. “Sabemos que Iniciativa tiene más prisa, pero no tomaremos una decisión precipitada. Eso sí, la voluntad de acuerdo es la misma que en 2004”, ratifica Ángel Pérez, secretario de Comunicación.

Si el 7 de febrero esa fórmula triunfa, todavía restarían todavía dos o tres semanas de margen para terminar de atar la alianza. Incluidos los candidatos. Por parte de ICV es seguro que repetirá Romeva. En IU hay más dudas, “aunque gana puntos la opción de Meyer; no habrá guerra de aspirantes”, señalan varios dirigentes de la federación a este diario.

Algunos responsables de IU señalan ya varias ofertas. Una, que Romeva vaya de dos y se quede en el Grupo de la Izquierda. Dos, que concurra como tres y converja luego con los Verdes. También que retenga el segundo puesto e ICV “compense” después a IU en Catalunya, “en las generales, las autonómicas, en el Govern...”, aventura un dirigente. En Iniciativa guardan “prudencia” hasta no recibir la propuesta formal.

 


El quid del 7-J no es otro que el coste del escaño: se eligen 50 eurodiputados, cuatro menos que en 2004. Las alianzas son obligadas. Por eso IU pactó este lunes lanzar un “llamamiento amplio a la izquierda alternativa: ICV, Aralar, Los Verdes, Izquierda Republicana, Izquierda Anticapitalista (IA)...”, relatan Ramón Luque, coordinador de grupos parlamentarios, y Fran Pérez, secretario de Solidaridad y Derechos Humanos.

ICV quiere “las mismas condiciones que hace cinco años”, dicen en la cúpula. Y eso incluye ir de número dos e incorporarse al Grupo de los Verdes. IU “hará valer sus votos” en 2004: 492.000 papeletas frente a las 151.000 que recabó ICV en Catalunya.

Izquierda Anticapitalista no observa hoy “vías de acuerdo con IU”, sostiene su portavoz, Raúl Camargo. 

 

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