El efecto primarias está cubriendo las expectativas en Izquierda Unida. Al menos, en público. Ayer, en el Consejo Político Federal que debía rubricar la voz que la militancia dejó oír el pasado 14 de noviembre, no hubo rebelión. Gaspar Llamazares resultó proclamado oficialmente –y ya no hay más trámites– candidato de IU a La Moncloa por la casi unanimidad de sus compañeros (97,6%). El coordinador recibió 84 votos a favor, dos abstenciones y ningún no. Toda una victoria. El segundo empujón al gasparismo en 15 días con caducidad, como mínimo, hasta 2008.

Parte del sector duro del Partido Comunista había rumiado patalear en el CPF. Al final, el conato de rebeldía se ahogó. El PCE delegó en Enrique de Santiago –un opositor mucho menos fiero– la defensa de la ya ex candidata, Marga Sanz. Y su discurso, conciliador –“la unidad debe primar”, hace falta “tender la mano” al ganador, dijo– expresó la bajada de armas momentánea de los comunistas. La crítica la centró en el método de consulta a las bases que la dirección eligió (y el CPF de octubre aprobó). “Es claramente mejorable”.

“IU ha salido fortalecida”

“Estoy más que satisfecho”, comentó Llamazares a Público tras el Consejo. “Significa que los partidarios de Marga aceptaron el 62,5% de apoyo que obtuve en las primarias, que lo refrendan y cierran filas en el CPF”. IU, en todo caso, sale “más fortalecida”, coincidieron los dos sectores. A la “pluralidad moral” de la federación se opone, remachó Llamazares, la actitud “plutocrática” del PP y la “aristocrática” del PSOE. “La mejor garantía para parar a la derecha no son los socialistas, sino más IU en la calle y en las instituciones”. La prueba, concluyó, es lo ya hecho desde 2004.

La bendición del candidato se superpuso al anuncio de los tres grandes ejes programáticos para el 9-M (ver cuadro). Primero, el “cambio social de izquierdas”. Después, los “nuevos derechos para la paz”. Y, por último, las “prioridades republicanas”. Llamazares ya entró en campaña.

 1. 'Cascos azules' desmilitarizados // “Hay un espacio entre la diploma- cia y la intervención militar. Lo podría llenar un cuerpo civil para la paz”, explicó ayer Llamazares a Público. IU se basa en el modelo alemán. Piensa en un contingente de apoyo a acciones humanitariasy de reconstrucción, “sin injerencia en las ONG”. 

2. Movilidad social y verde // “Queremos equilibrar todos los medios de transporte, reforzar la orientación social y el respeto al medio ambiente”, sigue el coordi-nador. La nueva Ley de Movilidad busca romper la primacía del AVE y las conexiones radiales y la política exclusiva de construcción de grandes infraestructuras.

3. Democracia participativa y educación hasta los 18 // IU quiere plasmar en una ley la iniciativa popular, el referéndum y todos los mecanismos de democracia directa. Plantea extender la educación obligatoria hasta los 18 años, asegurar guarderías gratuitas y garantizar el derecho subjetivo a la vivienda.