La derrota electoral en Catalunya y la derrota como estado de ánimo calentado por quienes predican un cambio de ciclo político. El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, llamó ayer a los diputados socialistas a conjurar estos dos fantasmas en su primera intervención ante el Grupo Socialista.

Jáuregui pidió al PSOE que no se deje 'engañar por la derecha' y combata su pretensión de 'trasladar el resultado' de las elecciones catalanas al resto de España. El titular de la Presidencia instó a sus compañeros a rebelarse ante quienes preconizan 'un fin de ciclo que no se puede admitir'.

A su juicio, los procesos electorales en Catalunya tienen 'singularidades' ya acreditadas. 'La experiencia demuestra que no se pueden extrapolar los resultados al resto de España', según Jáuregui, que ejemplificó con la pérdida de votos del PSC en las autonómicas de 2006, que fue seguida de un 'buen resultado' en las generales de 2008.

A puerta cerrada, Daniel Fernández, diputado por Barcelona y miembro de la dirección del Grupo Socialista y de la Ejecutiva del PSC, trasladó al resto de parlamentarios socialistas su análisis. 'La explicación de los resultados no es única'. Fernández atribuyó la derrota a una relación de causas, que no jerarquizó, entre las que citó el rechazo a la fórmula del Tripartito, los debates sobre el Estatut y el alentado por la derecha sobre la inmigración y la crisis económica.

Media docena de diputados tomaron la palabra para combinar su apoyo al PSC con reflexiones de más largo alcance. Juan Antonio Barrio de Penagos centró en la crisis la responsabilidad de la derrota. También desde Izquierda Socialista, Juan Antonio Pérez Tapias invitó al PSOE y al PSC a sincronizar su análisis sobre el peso de la situación económica en la derrota para evitar contradicciones.

La economía alimentó todos los análisis, incluidos los alejados de la inmediatez de las elecciones, en una reunión en la que algunas voces volvieron a reclamar más claridad en la explicación del combate contra la crisis.