Este artículo se publicó hace 15 años.
Laporta se hace un sitio en la política catalana
R.Cat le ofrece ser su cartel electoral. Estará al mando del Barça hasta junio y entonces decidirá
Un nombre ha removido esta semana la política catalana. Se trata de Joan Laporta, el presidente del Fútbol Club Barcelona. Independentista declarado y atrevido en forma y fondo, el mandatario del campeón de Liga y de Europa se ha dejado querer por Reagrupament (R.Cat), formación que impulsa Joan Carretero tras escindirse de Esquerra Republicana (ERC) en abril, descontento con el tripartito.
Las nuevas siglas no tienen de momento garantías de un resultado aceptable en las elecciones que, si nada se tuerce, serán en noviembre de 2010. El Publiscopio para Catalunya del 11 de septiembre concedía al partido que se constituirá el 3 de octubre una intención directa de voto del 0,5%.
Así las cosas, R.Cat se ha lanzado en las últimas semanas a por nombres de relumbrón que le garanticen algo de éxito. Y encima de la mesa de Laporta está la oferta para ser cabeza de cartel, según confirma su entorno más directo. Carretero sostiene que él lo ha hecho "todo" en política (fue alcalde de Puigcerdà y conseller en el tripartito de Maragall) y los que le siguen aseguran, entusiastas, que "Laporta suma y no resta".
Estrategia por definirLaporta, al que sus colaboradores actuales y pasados definen como "impulsivo" y sin una estrategia definida más allá de sus "ganas de aportar", podría sumarse en breve a R.Cat, pero no decidirá si se implica a fondo hasta junio. Entonces, cinco meses antes de los comicios catalanes, dejará el Barça y escogerá entre familia y negocios o la inhóspita vida política. Hasta que agote mandato su presencia no disminuirá. "Sólo doy pasos atrás para coger impulso", ha dicho estos días, en los que también ha preguntado "cuánto vale una campaña".
Sus opositores, como unex directivo que lamenta "que nadie le frene", creen que usará a un Barça en disposición de ganarlo todo para saltar a la arena política desde "la mejor posición". Tanto sus colaboradores como R.Cat admiten que el tiempo no es problema. "No necesita rodaje de precandidato; es más conocido que Montilla", sostienen en la formación, dispuesta a esperar desde la tranquilidad de tener a Carretero en la recámara.
A CiU y ERC, corroídos por la incertidumbre, les perjudicaría que Laporta, seducido por ellos otras veces, diera el paso. Si bien su perfil puede atraer más al votante convergente, causaría más perjuicio a Esquerra: un buen resultado 6 o 7 escaños sobre los 135 ayudaría a Artur Mas a dar el golpe de gracia a un tercer tripartito. En los dos partidos corren teorías para todos los gustos: desde que esperará a 2014 a que dará el paso sin R.Cat, o que hará una plataforma independiente para robustecer a Mas o a Puigcercós.
Independencia y regeneraciónTodo está a punto para recibirle y "apuntalarle" en R.Cat. Sus futuros dirigentes asumen los desajustes que ocasionará alguien sin experiencia política y con personalidad arrolladora. El partido, sin ideología definida ERC les ubica a la derecha en un intento de que compitan con CiU, se basa en dos ejes primarios con los que Laporta comulga: independencia y regeneración política para dejar atrás "el actual juego de partidos".
En R.Cat aseguran que estos días su afiliación ha crecido y que el flirteo con Laporta, estrella de la manifestación de la Diada, les ha hecho "salir de un cierto ostracismo".
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