Este artículo se publicó hace 13 años.
Ellas también levantan gradas
El Mundial del Fúbtol Femenino2011 rompe moldes, pero aún le queda mucho para equipararse al masculino
Estadios abarrotados, millones de personas frente al televisor y un ambiente festivo sin precedentes en todos los rincones del globo. Sólo hay un evento capaz de combinar estos tres ingredientes: un mundial de fútbol. Sin embargo, lo que nadie imagina es que en esta ocasión las protagonistas del torneo son ellas. Hasta 336 de las mejores jugadoras internacionales se han dado cita en Alemania para disputar la sexta y última edición del Campeonato, la más exitosa hasta la fecha, que demuestra que el fútbol femenino se ha consolidado como una disciplina en sí misma. Ya lo practican 29 millones de mujeres.
El mundial terminó ayer. Si bien en las cinco entregas anteriores no faltaron los goles, muchas otras cosas sí que han cambiado desde que se celebrara la primera Copa Mundial Femenina en 1991, en China. Los 12 países que participaron entonces han pasado a ser 16 selecciones, y las 65.000 entradas que se vendieron en la primera edición, se habían multiplicado este año por diez, un mes antes de que comenzara el torneo.
Un fubtolista cobra un millón de euros al año. Una mujer, la mejor, 132.000
Con el pistoletazo de salida, el partido inaugural entre Alemania y Canadá, la afición había adquirido 670.000 entradas, aproximadamente el 75% del total. El interés era tal que los organizadores tuvieron que poner a la venta nuevas entradas para los encuentros más interesantes. Hasta la propia Angela Merkel quiso celebrar ayer su 57 cumpleaños en el estadio de Fráncfort para disfrutar de la final entre Estados Unidos y Japón.
Centro de atención"Las mujeres estamos ascendiendo en todas las esferas, desde la educación a la ciencia. Y esto se tiene que ver también en el deporte". Así lo explicaba en una entrevista con Público la experta en Política de Igualdad y Género Ute von Wrangell, quien celebra que por primera vez un deporte femenino sea el centro de atención mediático. Las cuotas de audiencia también se dispararon en los 15 países que televisaron el mundial cada día, desde el 26 de junio hasta ayer. Sólo en Alemania, alrededor de 14,1 millones de telespectadores siguieron el partido de apertura, cifra que subió hasta los 18 millones durante el minuto de oro. Esto supone una cuarta parte de la población germana.En la misma línea, la célebre feminista alemana Alice Schwarzer respondía en declaraciones al diario berlinés Tageszeitung a la pregunta de si la cobertura mediática de este mundial supone también un éxito para los movimientos feministas: "¡También, no, definitivamente! ¡Sin feminismo no habría baja de paternidad ni fútbol femenino! El fútbol es un área de hombres por excelencia, al igual que la presidencia de las empresas que cotizan en el DAX".
14,1 millones de espectadores siguieron el partido de apertura
Aunque von Wrangell está de acuerdo en esa valoración positiva, teme sin embargo que este repentino interés sea artificial, fruto de la fortísima campaña de marketing de la FIFA, "con la que ni habrían soñado las jugadoras en los años setenta". Seis patrocinadores nacionales de prestigio, como son Allianz, Commerzbank, Deutsche Bahn, Deutsche Post, Telekom y Rewe, se unieron otros internacionales habituales de la FIFA para financiar, con 24 millones, parte del total de 51 que ha costado la organización de este Mundial Femenino.
Algunos de los puntos fuertes de la campaña pasan por la promoción de algunas jugadoras hasta convertirlas en ídolos de masas. Es el caso de la centrocampista alemana Kim Kulig, la capitana canadiense Christine Sinclair o la delantera brasileña Marta Vieira. En este marco, la FIFA puso en marcha la iniciativa Live Your Goals, dirigida a fomentar la práctica del balompié entre niñas y mujeres.Así pues, uno se pregunta si existen entonces diferencias entre el fútbol de los hombres y el de las mujeres. La italiana Carolina Morace, entrenadora de la selección canadiense, que revolucionó el panorama futbolístico nacional al colocarse en 1999 al mando de un equipo masculino -el Viterbese Calcio-, lo tiene claro: "Encontré más divergencias entre las italianas y las canadienses que entre los hombres y las mujeres del mismo país".
Desde Inglaterra, Hope Powell asegura que "ellas son más receptivas: saben que siempre pueden aprender más, mientras que los hombres piensan que lo saben todo y necesitan más tiempopara darse cuenta de que no es así". No obstante, lo que sí que diverge son los salarios. Mientras que un profesional de la liga masculina alemana se embolsa al año cerca de un millón de euros, entre las mujeres, la que más cobra, Fatmire Bajramaj, gana 132.000. Una jugadora tiene que ser muy buena para alcanzar los 2.800 euros al mes y las de categoría media se ven obligadas a compaginar su carrera deportiva con otros trabajos. Así que al fútbol femenino aún le queda mucho por hacer para alcanzar el reconocimiento de su hermano mayor. "Habría que desarrollar un programa de torneos fijos, de forma que este fervor se mantenga más allá del Mundial", insistió von Wrangell. "No se puede desatar una oleada y que sea sólo por un tiempo", apostilló.
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