"La Ley de Dependencia mejoró mi calidad de vida"

Hace diez años que Carmen Pradas, de 61, necesita que alguien la atienda las 24 horas del día. Padece esclerosis múltiple. Cuando quiere moverse tiene que hacerlo en una silla de ruedas que maneja con un mando que empuja con su barbilla. Asegura que la Ley de Dependencia, puesta en marcha en 2006, contribuyó a "mejorar su calidad de vida" y que el decreto de reforma de esa ley aprobado por el Gobierno del PP hace que tenga que ajustar las cuentas para llegar a fin de mes.

Entre otros asuntos, esta reforma prevé un descenso de un mínimo del 15% en la retribución que reciben las personas dependientes o sus cuidadores. Carmen pasará así de percibir alrededor de 320 euros al mes en lugar de los 399 que ingresaba antes de la reforma del PP.

De su bolsillo, Carmen paga a dos personas que se encarga de su cuidado diario. "Una interna y su suplente a las que también pago su cotización a la Seguridad Social", señala. Pero a todo eso tiene que sumarle los productos farmacéuticos que necesita utilizar por su especial situación. "En la farmacia me dejo más de 150 euros al mes", asegura. Y la embestida del copago farmacéutico, que también ha afectado a sus finanzas domésticas.

"No soy mucho de quejarme, pero tengo la sensación de que siempre pagamos los mismos. Si los políticos quieren recortar, que se recorten ellos", sentencia.