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Manuel Chaves: "Las balanzas fiscales han destruido el tópico de Catalunya insolidaria y Andalucía subsidiada"

La desconfianza hacia los conservadores marca el diagnóstico político del líder del PSOE andaluz y presidente de la Junta de Andalucía

ANTONIO AVENDAÑO / ÁNGEL MUNÁRRIZ

Desde que Manuel Chaves (Ceuta, 1945) cometió la imprudencia política de señalar durante la última campaña electoral que le “gustaría” que su sucesora fuera una mujer, el presidente de Andalucía ha tenido que emplearse a fondo para enfriar el debate sobre su relevo que él mismo calentó. Y al fin parece que ha conseguido helarlo, tras meses contestando monótonamente a la misma cuestión con idéntica respuesta: “En 2012 haré lo que me pida mi partido”.

Mientras tanto, su partido, el PSOE andaluz, le ha puesto por delante una mullida alfombra. El reciente XI Congreso Regional, monumento a la unanimidad, sirvió para cerrar todas las filas en torno a él, que lleva desde 1990 al mando del Gobierno de la comunidad más poblada de España, y desde 1996 al frente de la federación socialista más numerosa.

El también presidente del PSOE, que el 9-M revalidó su mayoría absoluta pese al avance del PP, está ya metido de lleno en su sexto mandato, marcado a fuego por la crisis económica y la espinosa negociación sobre la financiación autonómica.

Cuando llegó a Andalucía, se decía que no quería dejar Madrid. Ahora se comenta que le gustaría abandonar la primera línea de la política, pero que se queda por el partido. ¿Está convencido de seguir al frente del PSOE andaluz?

Yo abrí un periodo de reflexión en 1990, y he abierto otro ahora. Y he llegado a la conclusión de que ahora voy a seguir, que puedo seguir. Me lo han pedido los compañeros, el secretario general... Si hubiera atisbado que mi continuidad perjudicaría al partido, hubiera tenido clara mi decisión. Pero no ha sido así. El partido me tiene a su disposición para 2012.

¿Pero por qué temen tanto los partidos los debates sucesorios? ¿Es porque suelen salir mal?

No, no. Hay para todos los gustos. Quizás es que el partido, en mi caso concreto, considera que no ha llegado el momento de ese debate.

En el congreso regional no se habló de sucesión, pero sí de introducir estrategias para llegar al “voto urbano”. ¿Le preocupa el avance del PP desde el litoral?

Es verdad que el PP ha tenido un ascenso, sobre todo en la Costa del Sol. Esto lógicamente es un toque de atención para nosotros. Debemos prestar atención, matizar nuestra estrategia y nuestras actitudes en esa parte de la costa, un territorio de clases medias y urbanas. Pero creo que ese ascenso puede ser coyuntural. Es una zona fuerte económicamente que se ha visto afectada por la crisis de la construcción. Es una situación que se puede remontar.

¿Es en la Costa del Sol donde más errores ha cometido el PSOE?

Errores no... Ocurre que, como somos la Junta de Andalucía, la gente nos toma como referencia de todo. Es posible que un asunto con una repercusión como Marbella haya hecho que la gente nos señale como responsables últimos, cuando hemos sido los que hemos adoptado más medidas para combatir la situación.

¿Estepona es ‘Marbella II’?

No tiene absolutamente nada que ver, lo cual no justifica la actitud del alcalde y los concejales. Pero no son situaciones comparables.

¿Se durmió el PSOE permitiendo allí el pacto con los ex ‘gilistas’?

Bueno, yo entonces dije que no me gustaba ese pacto. Pero también tengo que respetar las decisiones de las agrupaciones locales. Siempre ha habido vigilancia y control sobre las políticas urbanísticas del Ayuntamiento. Sabíamos que podía haber problemas. Lo que no podíamos imaginarnos es que había corrupción.

El PSOE-A se ha comprometido a aprobar una ley que regule la muerte digna y a avanzar hacia una ley de plazos del aborto. ¿Llegará hasta el final, diga lo que diga la Iglesia o el PP?

Muchas resoluciones van dirigidas a respaldar lo aprobado en el 37 Congreso Federal. En otros casos, como en el de la eutanasia, por ejemplo, podemos hacer una ley en el campo de nuestras competencias. Y debemos aprobarla y ponerla en vigor independientemente de lo que piense la Iglesia o el PP.

¿Prevé que haya en España ley de plazos del aborto antes de que termine la legislatura?

Esperemos que sí. Ésa es la previsión del Gobierno de la nación.

¿Haya o no acuerdo con el PP?

No creo que haya un acuerdo positivo, la verdad. Aunque ojalá que sí.

Cambiemos de cuestión. Cuatro años después del 11-M, ya hay sentencia firme. ¿Cree que la controversia queda cerrada o seguirán los dimes y diretes sobre la autoría del atentado?

Ganas no le van a faltar a algunos medios, y al PP tampoco, pero argumentos ya no tienen ni uno. La sentencia debería cerrar la cuestión. El Estado de Derecho ha desechado las teorías conspirativas.

Quienes sostienen la necesidad de profundizar en la investigación anhelan una delimitación más nítida de la “autoría intelectual”. ¿Qué opina sobre este concepto?

Ése es un concepto inventado por quienes quieren poner en entredicho la sentencia.

¿Marcará la reunión de mañana un punto de inflexión en la relación entre Zapatero y Rajoy?

Es la prueba del algodón para el PP. Acaba de terminar un congreso en el que, según todo los indicios, se abre una etapa distinta. Veremos... En la reunión se debe verificar si efectivamente hay rectificación.

¿En qué aspecto prioritario debería concretarse ese cambio?

El PP ha estado bloqueando la renovación del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. Un Estado democrático no puede soportar por más tiempo que ese tema no se solucione. A partir de ahí, se podrá empezar a creer que hay un cambio.

¿Quiere decir que hasta ahora no ha visto cambio alguno en el PP?

Yo no he visto cambio en el PP. Más allá de las palabras y declaraciones, no veo nada. Se decía que se había desvinculado de determinados medios de comunicación, como la Cope o El Mundo, pero se ha alejado sólo obligado por las circunstancias.

Arenas y usted decían tener también varias materias sobre las que pactar. ¿Se han reunido después de las elecciones?

No. No lo he creído conveniente, a la vista de las reuniones entre el PSOE y el PP para llegar a un acuerdo sobre financiación autonómica. Y no es posible el acuerdo, según esos tanteos. Tampoco es posible en relación con la deuda histórica. Para hacerse la foto no es necesaria una reunión. Dicho esto, también espero por parte del PP de Andalucía algún cambio de estrategia, y aquí no he notado indicio alguno. Espero un gesto que indique que Arenas podría hacer coincidir su estrategia con la del PP a nivel nacional. A partir de ahí se abrirían todas las posibilidades. Pero hay muchos indicios de que no quiere pactar. En financiación había bases en común... pero fue imposible.

Usted ha dicho que, en la negociación sobre financiación, no es partidario de frentes autonómicos. Pero hay comunidades que sí se están alineando. ¿Cree que, tal y como se están distribuyendo las posiciones, esta vez el problema resulta más difícil de resolver?

El objetivo principal que se persigue es la suficiencia, en cuanto a la cobertura de los servicios públicos que prestamos las comunidades. Si hay dinero suficiente, será más fácil. A partir de lo que haya, tendremos que negociar ciertos aspectos. Lo que ocurre es que ahora estamos en una situación de crisis, por lo que el margen de maniobra del Gobierno para poner encima de la mesa una cantidad que satisfaga a las 17 comunidades es menor. Ahí veo la dificultad.

¿Ve posible el acuerdo, entonces?

Si no se adoptan posiciones maximalistas, creo será fácil llegar a acuerdos concretos. Pero si se pretende que la cesión de impuestos del Gobierno a las autonomías sea del 100% en el IVA, el 100% en los impuestos especiales y el 100% en el IRPF, será difícil, por no decir imposible. En torno al 50% sí se puede. Sobre que el elemento más importante sea la población, nadie se va a oponer, aunque luego se tengan en cuenta otros. Ahí también podemos coincidir. Así que salvando la dificultad inicial que señalé al principio, creo que es posible.

Más allá de que las comparta o no, ¿considera que las posiciones del Govern catalán tienen una motivación bien justificada?

Con el actual sistema, en los resultados per cápita de cada comunidad hay algunas, como Baleares, que han salido muy perjudicadas. Baleares es la peor tratada. Con una financiación per cápita bajísima. Y Catalunya también está por debajo. Nosotros estamos justo en la media, un poquito por encima. El nuevo sistema tiene que cerrar ese abanico en cuanto a la financiación per cápita. Las balanzas fiscales son un elemento de transparencia, pero no pueden ser la base del sistema, porque faltan muchos factores. Lo que sí han conseguido es hacer saltar por los aires bastantes tópicos, como que Catalunya no es solidaria. Sí es solidaria, junto con otras regiones. Otro tópico que ha saltado es el de la Andalucía subsidiada. Se demuestra ahora que Andalucía casi se autofinancia. Y si descontáramos de la balanza fiscal los fondos Feder, podríamos quitar el “casi”.

¿Existe la posibilidad de un acuerdo bilateral Gobierno-Catalunya al que se oponga Andalucía?

Salvo lo que señala la Constitución en relación con el País Vasco y Navarra, todo lo que sean acuerdos bilaterales de financiación... yo no los comparto. Mi opción es por un sistema multilateral acordado entre todos.

En cuanto a la crisis... Bueno, lo primero: ¿la llamamos crisis?

Yo hace mucho tiempo que vengo utilizando la palabra crisis, pero lo importante no es eso, sino cómo afrontar los efectos de uno de los problemas más importantes de la ciudadanía: el paro, el incremento de los precios, de las hipotecas, la sensación de que vivimos una mala situación. Y el Gobierno y la Junta han cogido el toro por los cuernos.

¿Podría decir tres medidas del Gobierno central contra la crisis?

Yendo de lo general a lo particular, el Gobierno adoptó en junio 35 medidas que representaron para los bolsillos de las familias ahorros o ingresos de unos 8.800 millones. Que yo recuerde, medidas concretas, pues está la rebaja en el IRPF, me acuerdo ahora de los 400 euros, o del cheque bebé de los 2.500. Éstas eran medidas que se adoptaron con antelación, y eran buenas. Ha habido también rebajas en el IVA, se adelantaron 9.000 millones de euros de licitación, medidas de apoyo a pequeñas y medianas empresas que movilizaron en torno a 25.000 millones...

¿Y en Andalucía? ¿Confía en el impacto real de sus medidas?

Ya están teniendo efecto real. Seopan [el observatorio del sector de la construcción] nos ha dicho que hemos aumentado las licitaciones un 126% en lo que llevamos de año, mientras en España la media está en el 40%.

¿Corre peligro su plan para la construcción de 700.000 viviendas en diez años?

Por ahora parece que no, gracias a la implicación que tenemos todos los sectores. Es que hay que poner las cosas en su sitio. Por ejemplo, en Martinsa Fadesa no todo es consecuencia de la crisis, sino de operaciones financieras y problemas de gestión anteriores. Eso es lo que ha llevado a Martinsa al concurso de acreedores. También puede ocurrir que algunas empresas utilicen la crisis para iniciar expedientes de regulación de empleo y reducciones de plantilla. Habrá que estar atentos.

¿Teme suspensiones de pagos importantes en Andalucía?

En una economía de mercado esto puede ocurrir, pero no hay indicios.

Usted auguró recientemente “años difíciles”. ¿Entran los recortes sociales dentro de las posibles recetas para superarlos?

Si hay que hacer algún tipo de reducción, no va a incidir en las prestaciones sociales ni en la educación, la sanidad o la asistencia social.

Sin entrar en sus promotores o en su uso político, ¿qué opina del llamado 'Manifiesto por la Lengua Común'?

Me hace pensar que puede no haber cambios en el PP. Durante la legislatura anterior utilizó la bandera y la unidad de España como elementos de confrontación. Era el momento de “Catalunya se separa” o “Navarra se vende”. Ahora es la lengua de todos la que se utiliza como elemento de confrontación, mientras algunos medios lo agitan. Asistimos a una campaña del PP contra leyes que estaban vigentes durante sus Gobiernos. Nunca las cambiaron. Si el catalán se exige para acceder a un empleo público, la misma norma existe en la Comunidad Valenciana, y nunca se ha dicho nada. Las lenguas regionales son lenguas cooficiales, constitucionales. La regulación de la enseñanza del catalán está en leyes constitucionales que nadie ha recurrido ante el Tribunal Constitucional. Si hay incumplimientos de las leyes, que se acuda a los tribunales, que para eso estamos en un Estado de Derecho.

Yendo al fondo del manifiesto, ¿considera salvaguardados todos los derechos de los castellanohablantes en las comunidades bilingües?

Totalmente.

En cuanto a la situación política en el País Vasco, ¿le preocupa el rumbo de colisión que parecen llevar Zapatero e Ibarretxe?

Ibarretxe está en clave electoral pura y dura. Sólo así se explica la convocatoria de referéndum. Está llevando al PNV a una situación sin salida. Yo me pregunto cómo una decisión de esta trascendencia puede ser tomada por un presidente de una comunidad autónoma cuando sólo tiene la mitad más uno de la representación, e incluso parte de su partido está en contra. Es un camino que conduce al fracaso, que enfrenta aún más a los vascos, que trata de dividir la sociedad en dos mitades. Eso no puede justificarlo ninguna rentabilidad electoral. Ibarretxe debe recordar que su legitimidad está en el Estatuto de Gernika, y entender que lo que está haciendo ahora es restarse legitimidad como presidente de Euskadi.

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