Este artículo se publicó hace 17 años.
Mar en calma: oleaje de cayucos
Interceptan 62 inmigrantes en Canarias y otros 49 indocumentados en Murcia y Almería
Sólo un día después de que 47 inmigrantes murieran a bordo de una patera frente a las costas de Mauritania con destino a las islas Canarias, las autoridades españolas interceptaron ayer una nueva oleada de ilegales.
Esta vez fueron 111 quienes intentaron llegar al litoral canario, Cartagena y Almería. La aventura, en todos los casos, acabó cuando Salvamento Marítimo y las patrulleras de la Guardia Civil localizaron las embarcaciones en alta mar. En esta ocasión, al menos, las travesías concluyeron sin víctimas.
En sólo pocas horas, han llegado a la costa española 188 sin papeles. El buen tiempo, la ausencia de vientos fuertes y un mar tranquilo hacen que cientos de personas se lancen a un viaje cuyo final acaba numerosas veces en tragedia.
Hacinados en pocos metros, sin cartas de navegación, con el agua y la comida justas y a merced de las corrientes. Un trayecto, además, que no es barato. Algunos, desesperados por huir de la miseria, pagan mucho dinero por el viaje. "Llegan engañados y en unas condiciones lamentables. Algunos no pueden ni mantenerse en pie, ni tienen fuerzas para beber", señala un voluntario de la Cruz Roja.
Pero aún así, siguen intentándolo. El último cayuco tomó tierra ayer en el muelle deportivo de Pasito Blanco, al sur de Gran Canaria. Llevaba 62 tripulantes a bordo, cinco de ellos posibles menores de edad. En Cartagena, los agentes detuvieron a otros 37 varones de origen magrebí en cuatro pateras. Y a última hora de la tarde, otras dos embarcaciones con doce personas fueron interceptadas en Almería, otro de los destinos clásicos en esta huida de la miseria.
Caldera viaja a Senegal
Para combatir esta inmigración ilegal y reforzar la cooperación y el control de las fronteras marítimas, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, viaja hoy a Senegal. Como ya ha hecho en varias ocasiones, Caldera pedirá a las autoridades africanas que extremen la vigilancia. El ministro cargó de nuevo contra las mafias que organizan estos viajes, porque "trafican con la vida" de los jóvenes. "Sólo puede llegar a España legalmente quien pueda tener un empleo", concluyó el mandatario.
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