"El matrimonio gay habla muy bien de los españoles"

“Que ocurra en Argentina lo que ocurre aquí en España, habla muy bien de los españoles”. Es el deseo de César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina, antes de partir rumbo a Egipto, de luna de miel, junto a su marido, Marcelo Suntheim. “Los ritos son importantes, como las leyes”, se justifica César. Hoy han cumplido con los que aderezan una boda, nervios e intercambio de alianzas incluidos, ante un concejal del PP.

Estos dos dirigentes del colectivo gay argentino han contraído matrimonio en Madrid. Su lucha por la equiparación de derechos les ha llevado a cruzar el Atlántico en un viaje con billete de vuelta a Buenos Aires. Así reivindican para la comunidad gay de Argentina los mismos derechos que la ley les otorga en España. “Cuando se aprobó el matrimonio homosexual fue una alegría para toda América y, muy especialmente, para Argentina”.

Unión de hecho

César y Marcelo saben lo que es ser pioneros. Inauguraron el Registro de Uniones Civiles de Buenos Aires en julio de 2003. “Fue un gran paso”, admite César, pero en la ley de la capital argentina subsiste la discriminación en elementos clave como la adopción o el reconocimiento de la pensión por fallecimiento. Su matrimonio no tendrá, por tanto, esa consideración en Argentina. “Cuando regresemos a Buenos Aires, acudiremos a la justicia para hacer valer nuestros derechos”.

Marcelo es alemán, y como ciudadano comunitario puede casarse en cualquier país de la UE. En Alemania también existe una ley de uniones civiles, pero persiste la discriminación que escamotea la palabra matrimonio. “Las leyes tienen una función educativa en la sociedad”, reivindica César, al defender el término matrimonio. “En España tienen la ley más progresista del mundo”.