Este artículo se publicó hace 12 años.
Un mosso alega que la granada que dejó sin testículos a un sospechoso no era dañina
El sargento que dirigió el operativo dice en el juicio que pensaba que el arma no producía lesiones a las personas
Un sargento de los Mossos d'Esquadra acusado de dejar sin testículos a un joven de 25 años ha afirmado este miércoles ante el juez de la Audiencia de Barcelona que "tenía la certeza" que la granada que lanzó dentro del coche de la víctima en noviembre de 2008 en Castelldefels, en el marco de una operación policial, no podía producir lesiones a las personas.
Víctor Esteban G., entonces sargento de operativos del Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos d'Esquadra, se enfrenta por estos hechos, junto al agente que lanzó materialmente la granada homologada, Alberto M., a un año y medio de cárcel con la suspensión del cargo durante el mismo tiempo de condena, además de una indemnización de 50.000 euros, si bien la acusación particular pide dos años de cárcel.
Según han relatado, la función del artefacto era "crear un bloqueo para limitar su capacidad de reacción agresiva --de los delincuentes-- por el sonido y el destello de luz que emite", lo que creaba sensación de aturdimiento y estado de 'schock', pero la intención no era lanzarla sobre el cuerpo de la víctima, han relatado ante el magistrado.
El GEI, especializado en operaciones de alto riesgo, interceptó el vehículo en el que viajaban los dos supuestos delincuentes --dedicados al cobro de morosos con métodos violentos-- en el marco de una operación policial programada para detenerles, por lo que cruzaron dos furgonetas por delante y por detrás del coche y le bloquearon el paso.
Según los acusados, tras advertirles que salieran del coche y habiendo roto los cristales, los ocupantes del coche lo ignoraron e intentaron avanzar, de manera que el agente que controlaba al copiloto lanzó la granada por el agujero que habían hecho con martillos y el artefacto explotó en la entrepierna de la víctima.
Ambos han manifestado durante el juicio que no era la primera vez que usaban este tipo de artefacto, el cual seguía un protocolo de uso y habían probado los mismos agentes, haciéndolo explotar en sus propias manos, si bien desde los hechos han dejado de utilizar granadas en vehículos.
Versión de la víctima
La víctima, entonces de 25 años, ha narrado durante el juicio que en pocos segundos los Mossos rompieron todos los cristales menos los de atrás y que, al salir malherido del coche, le redujeron en el suelo y le golpearon, creyendo incluso que le iban a secuestrar porque los agentes iban encapuchados y vestidos de negro, aunque llevaban tanto el escudo como la identificación de la policía catalana.
Ha explicado que la pérdida de la totalidad del testículo derecho y del 75% del izquierdo le ha dejado estéril, y le ha provocado una depresión, además de haber sido sometido a seis operaciones y estar bajo tratamiento de testosterona.
El conductor del coche ha manifestado que los agentes les dieron órdenes contradictorias como "manos arriba, tirad las llaves por la ventana y no te muevas o te pego un tiro", y ha negado que el coche llegara a desplazarse en ningún momento.
Según fuentes judiciales, el juicio, que continuará este jueves con las pruebas periciales, ha acabado puntual a las 14.00 horas tras acordar "seguir estrictamente el horario de audiencia", una de las medidas de presión anunciadas este viernes por los jueces contra las reformas de Gallardón.
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