Este artículo se publicó hace 13 años.
Las mujeres reescriben la Historia del Arte
El discurso feminista irrumpe en los museos gracias a una iniciativa promovida por varias investigadoras
Rocío Ponce
Cuando una persona visita un museo, recibe una información sesgada en la que se silencian múltiples colectivos. Entre ellos, las mujeres.
Estos centros de cultura responden en sus criterios a los puntos de vista de la ideología dominante de la época que los conformó: una visión exclusivamente masculina que también refleja los intereses de una élite económica, social y geográfica. "Los objetos que se encuentran en los museos y quienes los realizaron han sido considerados como elementos dignos de conservarse. A la inversa, todo lo que no está es perecedero y mortal", explica Marián López Cao, directora del Instituto de Investigaciones Feministas (IFF), perteneciente a la Universidad Complutense de Madrid.
En El Prado, sólo 38 obras de 10.000 están firmadas por autoras
Por tanto, ese visitante encuentra en el museo la imagen de las mujeres como seres prescindibles o inexistentes. "La función del museo es hacer pensar a la gente en variantes que nos planteamos ahora y no se planteaban antes", añade López Cao.
Hace dos años, el Ministerio de Cultura, la Universidad Complutense y el IIF firmaron un convenio denominado Museos y género, con el que se han estudiado los fondos museísticos españoles desde la perspectiva de género. Sus frutos pueden visitarse en tres centros (Museo Arqueológico Nacional, Reina Sofía y El Prado) a través de itinerarios alternativos sobre las obras de su exposición permanente. El más reciente es el de Las mujeres y el poder del Museo del Prado, que rescata a mujeres con poder político (reinas, infantas o condesas) que han quedado en el olvido, a través de la investigación de 15 obras que han realizado el IFF y el propio museo.
Un ejemplo de estos itinerarios podemos comprobarlo con la relectura de Las Meninas, pintado hacia 1656 por Velázquez. Es un retrato de la familia de Felipe IV en una escena cotidiana pero que esconde las complejas relaciones de convivencia femenina en la Corte. Además, guarda la historia de la infanta Margarita y su madre, la reina Mariana de Austria, y la posición de ambas en la esfera de poder. Ambas se enfrentaron a fuertes críticas por ser mujeres y su supuesta debilidad moral para poder gobernar.
"Se sigue sin enseñar el pasado de las mujeres", opina una experta
Documento históricoAntonia Fernández Valencia, que es parte del equipo de trabajo, señala que esta perspectiva que ofrecen a los visitantes a través de una audioguía (y en www.museodelprado.es) descubre relaciones de dominación, económicas, sociales y familiares. "La pintura se convierte así en un documento histórico excepcional visto desde esta perspectiva de género". Esta nueva visión muestra el androcentrismo de los fondos museísticos, más acentuado en la obra clásica que en la contemporánea.
"Se sigue sin enseñar el pasado de las mujeres como creadoras y para eso sirven este tipo de trabajos", opina la profesora Asunción Bernárdez, miembro también del IIF. ¿Y dónde están las obras de esas autoras? "En los almacenes", dice tajante Marián López Cao.
Cuando las encargadas de este proyecto llegaron, convenio bajo el brazo, al Museo del Prado, se encontraron con alrededor de 10.000 obras y sólo 38 firmadas por mujeres. Ninguna de ellas colgaba de sus paredes.
Tras la creación del itinerario, algunas de estas obras han visto la luz, como las de Sofonisba Anguissola y Clara Peeters. Mientras, otras artistas como Artemisia Gentileschi y Margarita Caffi aguardan pacientes su turno. Según López Cao, esas obras no se exponían "porque hay un criterio atravesado de ideología llamado calidad que es abstracto y que es el que incluye o excluye". Su objetivo con esta nueva visión de las obras es que la sociedad reflexione: ¿ Por qué ha sido así tantos años y nadie se había dado cuenta? ¿O los responsables de los museos no han querido hacerlo?
En la actualidad podemos encontrar mujeres a la cabeza de algunos museos como el de América, el Sorolla, el Nacional del Romanticismo, el del Greco o el Nacional de Antropología. Todas, concienciadas con la necesidad de que el patrimonio que dirigen sea mostrado sin sesgo, según consta en la iniciativa Patrimonio en femenino.
Para las investigadoras, además, con esta visión "la Historia se está abriendo a otras posibles escrituras". "Es de ley mirar a las mujeres y restituir su valor en el pasado", afirma López Cao. Esta investigadora cree que al introducir la variante de género aparecen los miedos de los hombres: "Ellos han necesitado siempre un elemento para sentirse mejores y eso es la inferioridad de las mujeres, a las que se educa con idea de dependencia, con estereotipos muy anclados que nos cuesta deconstruir".
La profesora Bernárdez afirma que la irrupción del discurso feminista en los museos es "un aluvión que se ha llevado por delante principios generales sobre el arte y que forma parte del movimiento histórico del siglo XX". "Este proceso es inevitable", concluye.
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