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Los municipios de ANV, a salvo de la 'kale borroka'

Las localidades de Bergara, Arrasate, Oiartzun y Azpeitia no han registrado ni un solo ataque desde las elecciones de mayo

GUILLERMO MALAINA

La ‘kale borroka’ ha desaparecido, o disminuido considerablemente, en buena parte de las localidades que gobierna Acción Nacionalista Vasca —la marca electoral de Batasuna— desde las elecciones municipales y forales celebradas en Euskadi, en mayo.

Los casos más sobresalientes son los de Bergara, Arrasate, Oiartzun y Azpeitia, todos ellos feudos tradicionales de la izquierda abertzale en Guipúzcoa, donde los ataques de los violentos han quedado reducidos a cero desde esa fecha. Entre los 45 municipios que controla ANV, en el País Vasco y Navarra, sólo en uno, Villabona, las algaradas callejeras han aumentado de forma significativa desde los pasados comicios.

Según los datos recabados a lo largo de 2006 y 2007, los únicos municipios que han registrado algún caso de violencia callejera bajo el gobierno de ANV, además de Villabona, son Pasaia, Lezo, Igorre, Lakuntza e Ikastegieta.

Y se da además la circunstancia de que en estos cuatro últimos pueblos la única aparición de la ‘kale borroka’ se ha producido tras el encarcelamiento de la cúpula de Batasuna, el pasado 4 de octubre, por orden de Garzón.

Más llamativo que esto resulta, sin embargo, la desaparición de los violentos en las calles de municipios donde las pintadas a sedes de partidos, los cócteles molotov o la quema de contenedores han sido habituales, incluso en plena tregua de ETA, hasta la llegada de ANV a los ayuntamientos.

En Azpeitia, donde este partido gobierna en coalición con EA y Aralar, la última acción de la ‘kale borroka’ se produjo el 13 de mayo, cuando unos desconocidos hicieron pintadas amenazantes contra la candidata del PSE, Manoli Uranga, y el secretario general del partido en Guipúzcoa, Miguel Buen.

Cajeros y Casa del Pueblo

En Oiartzun, donde ANV obtuvo mayoría absoluta el 27-M, el último golpe se gestó precisamente un día antes contra dos canjeros bancarios.

En Bergara, que esta formación abertzale gobierna con Aralar, la última algarada se remonta al 19 de mayo, cuando unos desconocidos atacaron con pintura la fachada de la Casa del Pueblo del PSE.

Otro pueblo singular controlado por ANV, en coalición con Aralar y EB, es Arrasate. No obstante, en este caso, la desaparición de las algaradas de sus calles se produjo meses antes de que la izquierda abertzale recuperase el poder en este feudo tradicional.

La última acción que se conoce ocurrió el 5 de enero, cuando la quema de un cajero obligó a desalojar de madrugada a los vecinos del inmueble. Ambrosio Fernández Recio, de 79 años, que tuvo que ser hospitalizado por problemas respiratorios, falleció en marzo tras permanecer dos meses ingresado en Txagorritxu.

Aunque los datos no sean tan notorios, hay otras localidades de ANV donde el acoso de los radicales en la calle ha sido nulo bajo su mandato. Según los datos recabados, Elorrio, Zestoa, Soraluze, Deba y Hernani no han registrado ataque alguno durante estos meses, mientras que sí se constataron a lo largo de 2006 y el primer trimestre de este año.

Tampoco había habido ataques hasta ahora en Aretxabaleta, gobernado por Aralar, EA y ANV. Ayer, el PSE-EE denunció que “el equipo de gobierno aún no ha condenado el ataque sufrido por los concejales socialistas en su domicilio particular con pintadas y pancartas amenazantes”. 

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