Este artículo se publicó hace 11 años.
Ni Adif ni Renfe asumen la más mínima responsabilidad en el accidente
Los presidentes de ambos organismos esgrimen en largas intervenciones que se cumplían todas las exigencias previstas, pero no dan explicaciones claras de por qué ocurrió la tragedia
Si alguien esperaba que los presidentes de Adif, Gonzalo Ferré, y de Renfe, Julio Gómez-Pomar, ofreciesen esta mañana en el Congreso de los Diputados una explicación mínimamente razonanable de por qué se produjo el trágico accidente del tren Alvia 150151 el pasado 24 de julio poco antes de entrar en la estación de Santiago, con 79 personas fallecidas, se puede dar por desencantado. Ni uno ni otro dieron una versión de lo sucedido. Eso sí, saturaron a los miembros de la comisión de Fomento con múltiples datos, cada uno en su ámbito, propios de una tesis doctoral. El de Adif empleó una hora y el de Renfe casi hora y media, pero del accidente en sí nada de nada.
Gonzaló Ferré, el responsable de la infraestructura, afirmó al inicio de su densa intervención, en su deseo "de que se conozca toda la verdad sobre lo ocurrido"; esa fue toda su alusión directa al accidente. El resto de sus palabras se dedicó a ilustrar a sus señorías de todo tipo de características técnicas de la infraestructura ferroviaria en España, con especial hincapié en los sistemas los diferentes sistemas de seguridad - con profusión de características técnicas -. No obstante, sí dio algunas señales de la actitud claramente exculpatoria en lo que se refiere a l asunción de cualquier tipo de responsabilidad respecto a la tragedia.
El trazado de la línea de AVE en Galicia contemplaba 3 alternativas y todas ellas incluían la curva de Angrois
En primer lugar afirmó que el trazado para la nueva línea de AVE en Galicia, decidido en el año 2000 en la administración Aznar, contemplaba tres alternativas y que todas ellas incluían la curva de Angrois en la que se produjo el descarrilamiento. Incluso aportó un dato más, altamente significativo para su tesis: "De las 300 alegaciones recibidas al trazado durante el periodo de exposición pública ninguna hizo referencia a la curva en cuestión".
En otro momento dio otra pincelada, también tendente a alejar cualquier tipo de responsabilidad: "El trazado original de alta velocidad contemplaba en su inicio un ancho de vía UCI - el internacional que usan los AVE -. El 10 de junio de 2010 los responsables de Adif, con el visto bueno del Secretario de Estado de Infraestructuras y del ministerio de Fomento, se decidió instalar el ancho ibérico para su posterior transformación al ancho internacional alegando que se perdía mucho tiempo con los intercambiadores de vías en Ourense y en Santiago".
Y todavía empleó un razonamiento, este de un tenor más técnico, para eliminar responsabilidades sobre la infraestructura: "La transición entre el sistema ERMTS - el más sofisticado -, con velocidad permitida de 200 kilómetros a la hora, y el sistema ASFA, con la limitación a los 80 kilómetros a la hora existente antes de la curva, se produce durante cuatro kilómetros, suficiente para llevar a cabo la transición".
Una clase de obra civilEl resto de su intervención ha sido propia de una clase de obra civil para futuros ingenieros de caminos, canales y puertos, versión construcción del moderno ferrocarril. Y ello por la profusión de datos, cifras, características técnicas sobre las características de los 15.000 kilómetros de la red ferroviaria española, tanto la convencional como la de alta velocidad. Incluso con algunas nociones de historia y de sociología.
El responsable de Renfe se refirió al accidente pero limitándose al relato del informe pericial
Por supuesto, sobre las características de los diferentes sistemas de seguridad ERMTS, ASFA y LBZ, así como una buena parte del complejo sistema de señales que aparecen en las vías de tren, tanto convencionales como de alta velocidad. Y de cómo se comunican las balizas y los diferentes trenes, según características.
Nada de todo esto parece que falló, tal como ha resaltado de forma indirecta el presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, que estuvo arropado en la sala junto a su homólogo de Adif por un elenco de asesores que llegaban a la quincena - los diputados eran pocos más-. El responsable de la empresa propietaria del tren y de su funcionamiento se refirió al accidente... pero limitándose al relato del informe pericial realizado por la policía científica y los peritos designados por el juzgado que instruye el accidente en base a los datos registrados en las "cajas negras" del convoy y que ha sido difundido profusamente en los medios de comunicación.
Lo repitió palabra por palabra tal como lo difundió el gabinete de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Galicia No ha habido más referencias concretas. Eso sí, se empleó a fondo - durante casi hora y media - a detallar características técnicas de los trenes Alvia, su composición, las normas que regulan el trabajo cotidiano de los maquinistas, con especial mención al historial profesional y la jornada laboral de Francisco José garzón, el maquinista en el momento del descarrilamiento.
Empleó largos minutos en describir el recorrido del Alvia 150151 desde su salida de Madrid-Chamartín hasta el momento del accidente, con detalles de llegadas y salidas en cada una de las estaciones en la que tenía paradas y en ocasiones el motivo de ligeros retrasos de unos minutos por "la colocación de pasajeros no habituales en el centro de los andenes para subir al tren", pero no utilizó su intervención para ofrecer luz sobre las razones por las que se originó el descarrilamiento.
Puso énfasis en detallar cuáles son las obligaciones de los maquinistas - sin citar a garzón - en cada una de sus actuaciones, así como los protocolos que existen en la empresa para establecer comunicaciones durante las conducciones. Para destacar el grado de seguridad y fiabilidad de Renfe explicó que el tren accidentado había realizado casi un millón de kilómetros desde su entrada en funcionamiento y que a diario hay 4.700 circulaciones que utilizan 1,6 millones de personas en toda España.
Con todo, al final de su extensa intervención dedicó un tiempo para anunciar que la ministra de Fomento, Ana Pastor, "ofrecerá mañana en esta comisión medidas adicionales para mejorar en lo posible la seguridad". "No queremos caer en la autocomplacencia", añadió antes de finalizar su intervención. Fue el único mensaje política que realizó.
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