Este artículo se publicó hace 14 años.
La niña detenida confesó el crimen sin arrepentimiento
La fiscalía acusa a la menor del "asesinato" de la joven Cristina Martín y el juez ordena su ingreso en un centro
Familiares y amigos de Cristina Martín de la Sierra. EFE
Coco, el sobrenombre de la niña detenida por la muerte de Cristina Martín de la Sierra, la menor cuyo cadáver fue hallado el sábado pasado en las ruinas de una fábrica de Seseña (Toledo) tras permanecer cuatro días desaparecida, no mostró ante los guardias civiles que le tomaron declaración ningún tipo de arrepentimiento por haber cometido presuntamente el crimen de su compañera de instituto.
Así lo han confirmado a Público fuentes de la investigación, que destacan que la joven, de 14 años, se mostró en todo momento tranquila ante los agentes y limitó su confesión a un escueto relato de los hechos, sin querer entrar en detalles. Su frialdad llamó, incluso, la atención de los psicólogos del Instituto armado que asistieron a la toma de la declaración, hasta el punto de que estas mismas fuentes califican la actitud de la niña durante el interrogatorio de "distante y fría".
La acusada ha reconocido los hechos, pero se niega a dar detalles
Ingreso en un centro especialLa Fiscalía de Menores de Toledo apoya la reconstrucción de los hechos de los investigadores de la Guardia Civil, que señala que fue la detenida quien infirió las heridas en la muñeca a la víctima. De hecho, la fiscalía calificó ayer en un comunicado el crimen de "asesinato".
Poco después, el juez de menores de Toledo ordenó el internamiento de la adolescente en un centro cerrado "dada la gravedad de los hechos, [así como] los indicios racionales y contundentes de la participación de la menor en los mismos".
Los agentes buscan ahora las dos armas empleadas en el homicidio
La principal hipótesis que manejan los investigadores es que las heridas de la muñeca fueron causadas por un agresor cuando Cristina se encontraba tumbada inconsciente en el suelo, a consecuencia de un fuerte golpe previo en la cabeza, y descartan que la víctima las sufriera accidentalmente con algún guijarro afilado en su caída al pozo.
La autopsia que se le realizó el domingo en el Instituto Anatómico Forense de Toledo reveló que estos cortes no eran mortales. De hecho, todo parece indicar que la propia Cristina intentó taponarse la herida con el pañuelo que, ensangrentado, fue hallado junto a su cuerpo sin vida.
No obstante, los investigadores seguían ayer intentando cerrar algunos flecos del caso, entre ellos, la localización de las dos armas utilizadas en el crimen. En concreto, un objeto contundente (una piedra o un madero) y un arma blanco o utensilio cortante. Con el primero, su presunto homicida propinó a la víctima el fuerte golpe en la cabeza. Con el segundo, le hizo supuestamente los cortes en la muñeca que provocaron que, según la autopsia, Cristina muriera de-sangrada. El resto de golpes que presentaba el cuerpo parecen ser fruto de su caída al pozo donde falleció.
La confesión, a la terceraLa menor detenida tardó en reconocer su implicación en los hechos. Así, en una primera conversación que mantuvieron los agentes con ella, negó tener conocimiento del paradero de la muchacha. En una segunda, y después de que los investigadores le hicieran ver que sabían que había llamado a la víctima desde el teléfono fijo de su domicilio, terminó por reconocer que se había citado el martes con ella a las afueras del pueblo para aclarar las desavenencias que mantenían ambas.
No fue hasta la tercera charla con los agentes cuando Coco admitió que había mantenido una pelea con ella y que había arrojado su cuerpo inerte al pozo donde finalmente fue hallado. Fue, de hecho, esta declaración la que permitió localizar el cadáver.
Ahí, sin embargo, se acabó su declaración. Siempre según las fuentes consultadas, en ese momento, y sin mostrar signos evidentes de arrepentimiento, la joven comunicó a los agentes que no quería seguir declarando. Ayer por la mañana, la Fiscalía de Menores le tomó de nuevo declaración por última vez, sin que hayan trascendido detalles sobre la misma.
Pese a la escasez de datos aportados por la arrestada, los investigadores afirman que el caso por la muerte de Cristina está "cerrado" y descartan la implicación de otra persona en el crimen de la adolescente. "Las declaraciones de la detenida y las pruebas recabadas coinciden", añaden las fuentes consultadas, que salen así al paso de las manifestaciones hechas ayer mismo por diversos familiares de la víctima, en las que mostraban su convencimiento de que en la muerte de la menor debió participar, al menos, otra persona.
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