Este artículo se publicó hace 16 años.

El Niño, en Castellón

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LA CASTIZA COSTUMBRE DE JUGAR EN GRUPO
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Los premios del Sorteo del Niño han vuelto a demostrar un hecho que distingue a la Lotería española, o más bien, a la manera en que jugamos a la Lotería. Una cofradía de la Semana Santa castellonense, un bar y una peña de las fiestas mayores de Castellón, las de La Magdalena, han sido los tres agentes repartidores de pequeñas cantidades de un gran premio.

Porque los españoles jugamos en grupo (16 euros en participaciones por cabeza anualmente). Grupos como la cofradía, los amigos del bar o la peña, además de cohesionar socialmente, se financian por medio de las papeletas de lotería.

El historiador Roberto Garvía calcula que estos grupos obtienen así 120 millones al año. Además, el juego, explican los expertos, es más común entre los que menos tienen. Asegura Fernando Ramos, profesor de Historia Económica de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, que el que más juega a la Lotería es un varón de 51 a 65 años que gana de 1.000 a 3.000 euros; “éstos aportan el 48% de la recaudación total”, añade.

Además, la lotería es un impuesto regresivo porque afecta a las clases bajas. En cambio, el sorteo de El Niño, como el del Gordo de Navidad son los únicos en los que juegan los que no apuestan el resto del año. De modo que las clases altas también se dejan los dineros en los bombos. 

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