Este artículo se publicó hace 17 años.
Los okupas piden la anulación de la orden de desalojo para sacar a dos compañeros
Según los compañeros que esperan fuera, el edificio corre el riesgo de caerse y su vida corre peligro
El colectivo de los okupas del centro social Casas Viejas, de Sevilla, ha pedido hoy la anulación de la orden de desalojo que comenzó ayer para sacar a las dos personas que se encuentran encadenadas en un habitáculo subterráneo construido por ellos mismos bajo el inmueble.
El secretario general del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), Diego Cañamero, que actúa como mediador, ha dicho que los okupas proponen esta vía para sacar a sus dos compañeros, dos hombres de 26 y 39 años, mientras que portavoces de este colectivo han manifestado que ellos se harían responsables del rescate.
Cañamero, que ejerce su mediación con el beneplácito del Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo y que ha podido acceder al edificio y conversar con esas dos personas, ha explicado que la situación "es muy preocupante" y "peligrosa", ya que la respiración en la galería que da acceso al habitáculo es asfixiante.
Mientras estos dos okupas han cumplido ya más de 30 horas en la galería subterránea, en la zona del barrio de La Macarena de la capital sevillana se mantiene el dispositivo policial y de bomberos para cumplir la orden de desalojo dictada por un juez que se completará una vez que estos dos hombres abandonen su actitud.
Preparados para la demolición
Además de los agentes policiales y bomberos, esta mañana han llegado a las inmediaciones del edificio varios operarios de una empresa para empezar la demolición del edificio de tres plantas una vez que los dos okupas salgan del mismo.
Fuentes policiales han señalado que los encerrados "no son conscientes de la gravedad de la situación" y han asegurado que, en cualquier caso, no se empleará la fuerza para desalojarlos ya que "en estos momentos lo más importante es su bienestar".
Los dos okupas encerrados en la galería subterránea no pueden abandonar ese lugar por sus propios medios y necesitan de ayuda del exterior ya que, según han explicado sus compañeros, se encuentran encadenados.
Los hechos comenzaron pasadas las 7:00 horas de la mañana de ayer cuando un dispositivo de la Policía Nacional formado por más de 50 agentes cortó las calles del entorno donde siete personas se encontraban en su interior resistiéndose a ser desalojadas.
Cuatro de ellas permanecían encadenadas, mientras que otras tres se ataron a tubos de hormigón en una galería subterránea de cuatro metros de longitud que los propios okupas habían construido.
Además, para evitar el acceso a este habitáculo, los okupas habían colocado una puerta blindada que, de ser echada abajo, caería sobre estas personas, por lo que los Bomberos de Sevilla se desplazaron al lugar para intentar sacarlos sin causarles daño.
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