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Oriol Pujol Ferrussola, el príncipe del soberanismo

El apoyo de Jordi Pujol a su hijo provoca reacciones encontradas dentro de CDC

FERRÁN CASAS

'En el mercadillo de Bellcaire, que tiene 700 años, el oficio pasa de padres a hijos; la profesión de vendedor de mercadillo se lleva en los genes'. Quien así se expresaba, hace ocho años en una entrevista en las páginas del Avui, dando ya pistas de cual podía ser su futuro no era un hijo cualquiera sino Oriol Pujol Ferrusola, el quinto retoño del expresident de la Generalitat Jordi Pujol y al que en medios políticos se le conoce como OPF.

Si algunos correosos y contestatarios sectores de CDC, donde parece primar más el debate de los nombres que el de las ideas, no convencen a Artur Mas de lo contrario (Unió no pondrá objeciones) Oriol será proclamado la semana que viene portavoz de CiU en el Parlament, una cargo que puede marcar el inicio de su sprint político para suceder a un Mas capacitado para ganar elecciones pero no para encontrar aliados postelectorales que devuelvan a los nacionalistas al gobierno.

El sprint, como la carrera hecha hasta ahora, Oriol lo hará con la 'pasión' de su familia. Y es que los Pujol condicionan mucho el presente de Convergència, el partido que el patriarca fundó en 1974 en el monasterio de Montserrat, y aspiran a tener también un papel determinante en su futuro.

Expresident hiperactivo

'Pujol no está ni mucho menos retirado. Al contrario, está hiperactivo y sufre por la sensación de que Mas y su equipo no aprovechan bien las ocasiones que el tripartito brinda', afirma un dirigente del partido buscando motivos al intervencionismo del expresident, formalmente refugiado en su prolífico Centre d'Estudis.

Tanto Pujol como su esposa, la influyente Marta Ferrusola, siempre han lamentado, a veces con mal tono, que a sus siete hijos se les dificulte el acceso a la vida pública por el simple hecho de serlo. Durante años los han defendido de acusaciones -algunas más fundadas que otras- de hacer negocios a las espaldas de su padre.

La sombra del Júnior

El hijo mayor, Jordi, es el que arrastra una leyenda más negra. El Júnior, así es cómo se le conoce en ambientes de CDC, no ha hecho nunca política formalmente pero es bien conocida su influencia en el partido (no paró hasta hartar a Miquel Roca). Como Oriol, tuvo un papel determinante, gracias a la ascendencia sobre el entonces president, para aupar a Mas a la cúspide de CiU y nombrarlo sucesor de Pujol. Llevaba tiempo desaparecido pero otro dirigente de CDC afirma que Jordi hijo ha recobrado cierto protagonismo en los últimos meses y que el movimiento de fichas para proyectar a Oriol y dar a Felip Puig (compañero de colegio y primera militancia del Júnior y que agrandó su figura política como fiel escudero de los Pujol) el control del partido responde al pago de deudas de Mas con quienes les ayudaron en 2001.

Turbulencias en CDC

Con la cesión de poder, el secretario general de CDC se garantiza un congreso tranquilo en verano ante los amenazantes nubarrones aparecidos después de la eclosión de dos plataformas internas (una para desvincularse de Unió y otra para pactar con Esquerra) que sólo Puig, de quien se espera que opte por tener 'personalidad propia', puede desactivar. A Puig y a Oriol les une un soberanismo declarado, la predisposición a romper amarras con Unió y preferir las alianzas con Esquerra.

El expresident ya dejó claro este verano que su quinto hijo, el único que formalmente ha optado por la política, 'reúne condiciones' para liderar el proyecto nacionalista. La duda es si lo querrá hacer en 2010 o Mas conseguirá una tercera oportunidad. Pese a sus esfuerzos para con el sucesor de su padre, Oriol se ha sentido ninguneado por Mas, que no le permitía pasar de diputado raso.

¿Ninguneado o sobrevalorado?

El futuro portavoz de CiU en el Parlament, que tiende a verse 'peor de lo que está' según un compañero de militancia, llegó a la política con Francesc Homs y David Madí, a quienes conoció en el sindicalismo universitario nacionalista. Al primero se le encargó pilotar el proceso estatutario y ahora coordinar el proyecto de refundación del catalanismo. El segundo ha dirigido las dos campañas electorales en que Mas ha sido cabeza de cartel. A los cuarenta años Oriol, que ha ocupado diversos altos cargos en la Generalitat -fue mano derecha de su padre en Presidencia y está casado con una sobrina segunda de Pasqual Maragall-, no tiene problema alguno en mostrar ya sus ambiciones. Hace unos meses en un reunión con empresarios y representantes de la sociedad civil de Reus se declaró dispuesto a suceder a Mas.


El peso de la familia

Ahora, animado por su familia (su madre lo señaló como un 'buen presidenciable' en una asamblea con la militancia de Sant Cugat, el municipio más importante que gobierna CiU, y su padre lo definió como un 'patriota' muy preparado) ha forzado tener proyección pública. Los que le conocen aseguran que piensa que el apellido Pujol para él es más una losa que un plus. Mas barruntó darle salida como dos de la lista de CiU en Madrid. Pero ese no era el pacto con Unió y Oriol no quería complicarse la vida al lado de Duran en unas elecciones cuanto menos difíciles para la federación. Prefería el Parlament, un ámbito que ya conoce, pese a que el puesto de portavoz de la oposición obliga a aparecer como el malo de la película.

Los padres de Oriol, conocido como el Príncipe ya desde su época en el gobierno, tienen todas las esperanzas puestas en su hijo. Fuentes de la federación explican que el acuerdo de la familia Pujol con Mas era que si éste ganaba las pasadas elecciones, Oriol sería propuesto como secretario general adjunto de CDC para prepararlo como opción de futuro. La continuidad de Mas en la oposición frustró la operación y ha sido Puig quién, para apuntalar momentáneamente a Mas y dejar espacio a Oriol, ha ocupado ese lugar en medio de la sorpresa general.

El quinto de los hijos del expresident, de carácter impulsivo y directo, batalla ya contra un buen número de detractores de Convergència. Los que defienden que llegará a portavoz por el apellido y no por los méritos le acusan de lenguaraz, superficial y poco preparado. En el otro extremo los que le apoyan aseguran que encarna la esencia del proyecto de CDC, antepone convicciones a intereses y le aplauden sus tablas y agenda de contactos. En lo que todo el mundo coincide es que ha llegado su hora. La hora de OPF.

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