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El piloto de los "vuelos de la muerte" acepta ser extraditado a Argentina

El piloto Julio Alberto Poch, detenido el pasado 22 de septiembre en Valencia reitera su inocencia

EUROPA PRESS

El piloto Julio Alberto Poch, detenido el pasado 22 de septiembre en Valencia por su presunta participación en los denominados 'vuelos de la muerte' cometidos durante la dictadura argentina, aceptó hoy su extradición al país sudamericano, tal y como apoyó la Fiscalía, tras proclamarse 'un detenido político que ha sido acusado falsamente' y reclamar 'un juicio justo'.

Poch, que se negó a ser extraditado en octubre pasado ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, aseguró hoy en una vista celebrada ante la Sección Segunda de la Sala de lo Penal que su caso responde a 'una jugada política' de las autoridades holandesas, que han querido 'deshacerse' de él 'sin darle la oportunidad de probar su inocencia por razones políticas'.

Durante su intervención ante el tribunal, que decidirá sobre la extradición en los próximos días, Poch aseguró que 'no existen pruebas' que le impliquen en cuatro procesos penales que investigan detenciones ilegales, torturas y desapariciones cometidas en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) entre 1976 y 1983, en las que habría trabajado como aviador naval.

'Lo más vergonzoso e injusto es lo que ha hecho la Justicia argentina. El fiscal no ha dudado ni un instante en acusarme falsamente, sin investigar los hechos e involucrándome en la causa de la ESMA', señaló Poch en referencia a la Escuela Superior de Mecánica de la Armada, en la que se produjeron miles de casos de torturas y desapariciones durante la dictadura militar.

Su abogado, Ignacio Peláez, denunció que su cliente, que tiene doble nacionalidad holandesa y argentina, fue detenido en 'claro fraude de ley'. Según explicó, Holanda evitó aplicar el convenio que impide la entrega de sus nacionales a otros países para no causar problemas a la princesa de Holanda, Máxima Zorreguieta, de origen argentino.

Tras asegurar que nunca estuvo destinado en este organismo, el piloto acusó a las autoridades de haber 'arruinado su reputación, su buen nombre y su carrera' y haber 'dañado a su familia'. 'Me han tratado como un criminal, me han encerrado con presos comunes', se quejó antes de ser interrumpido por el presidente del tribunal, Ángel Hurtado, que le instó a ceñirse a su opinión sobre el trámite de extradición.

En la misma línea, su esposa, Elsa Margarita Nyborg, señaló a las puertas de la sala de vistas, que el caso constituye 'una distracción para que la población no se concentre en los verdaderos problemas económicos'. 'Nosotros también hemos sufrido mucho, nos pusieron bombas y nos secuestraron', indicó antes de asegurar que su marido no tiene 'ninguna preferencia política.

El fiscal, Miguel Ángel Carballo, solicitó la extradición de Poch tras recordar que en España 'no existe ninguna limitación para la entrega de ciudadanos holandeses a la República Argentina' y que los hechos investigados no constituyen 'delitos políticos ni militares'.

De igual modo, recordó la derogación en Argentina de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida y añadió que no existe 'ninguna duda' sobre la identidad real del detenido, más allá de los resultados que pueda arrojar la investigación sobre su participación en los 'vuelos de la muerte'.

En su escrito de conclusiones, la Fiscalía expresa su conformidad con las autoridades del país para que el detenido les sea entregado y considera que la jurisdicción del caso corresponde a Argentina en virtud del principio de territorialidad, al haberse producido allí los hechos que motivaron la reclamación.

El Ministerio Público sostiene que 'en Argentina se encuentran las pruebas y no consta que en España se haya seguido juicio por los mismos hechos', y que la reclamación de las autoridades argentinas 'no tiene motivación política, ni los delitos tienen tal carácter'.

El piloto declaró ante el juez Velasco el pasado mes de octubre que sus compañeros le 'malinterpretaron' cuando supuestamente alardeó de haber participado en este tipo de misiones. Poch, que efectuaba su último vuelo como piloto comercial antes de jubilarse cuando fue detenido en el aeropuerto de Manises (Valencia), aseguró ante el juez que no tiene 'nada que ver' con los 'vuelos de la muerte' porque 'nunca' estuvo destinado en la ESMA, según explicó a la salida del juzgado su abogado, Ignacio Pélaez.

También negó la denuncia que hicieron los compañeros del piloto después de que durante una comida en Bali (Indonesia) éste supuestamente presumiera de haber participado en las desapariciones. Según su letrado, lo que en realidad dijo Poch es que 'está en contra del terrorismo y del terrorismo de Estado'.

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