La pinza entre el PNV y el PP se cerró el martes sobre el PSOE para provocar su primera derrota en el Pleno del Congreso tras las elecciones autonómicas vascas. El tercer punto de una moción de los vascos, que solicitaba, como gesto de austeridad, el recorte de la estructura del Gobierno en al menos un ministerio, sirvió para acabar con la virginidad del Ejecutivo en la Cámara.

Pero la pinza no era suficiente para poner en peligro al Gobierno. El empujón definitivo lo dieron otras cuatro fuerzas nacionalistas. CiU, ERC, BNG y NaBai se unieron a PP y PNV para sumar 168 votos, suficientes para tumbar la oposición del PSOE. Junto a él, sólo Gaspar Llamazares y cuatro diputados del grupo mixto rechazaron la moción. En total 165 votos.

Ante un resultado tan ajustado fueron determinantes las ausencias en la bancada socialistas. Siete diputados, incluido el recién nombrado secretario general del grupo, Eduardo Madina, faltaron a la votación. José Luis Rodríguez Zapatero y Miguel Ángel Moratinos elevaron a nueve las ausencias en las filas del Gobierno.

La derrota, más simbólica que política, no cayó excesivamente mal en el PSOE. Por la mañana, ya consciente de la situación, el portavoz socialista, José Antonio Alonso, culpaba al PP de apoyar 'una moción claramente inconstitucional' con tal de ver derrotado al Gobierno. A su juicio, la potestad constitucional de nombrar al Gobierno y decidir su estructura es sólo del presidente de Gobierno. 'El PSOE no habría apoyado esa propuesta ni aunque gobernara Aznar', justificaban fuentes del partido.

Durante el Pleno, el PP justificó el apoyo por la dificultad de explicar a los ciudadanos que 'el Gobierno gasta en una nueva vicepresidencia' lo que debería dedicar a 'políticas sociales'.

Sus socios en la votación, sin embargo, alegaban razones distintas. Los grupos nacionalistas aseguraron que la transferencia de competencias ha vaciado de competencias algunos ministerios. También colaboraron para despejar las dudas constitucionales del PSOE. El portavoz de CiU, Jordi Jané, aclaró: 'La moción sólo insta, es decir, sugiere al Gobierno la reducción'.

Pero el PSOE no sólo tuvo que enfrentarse al resto de grupos en el Pleno. Por la mañana, en la Junta de Portavoces, su portavoz, José Antonio Alonso y el presidente del Congreso, José Bono, se encontraron un pequeño motín. Los portavoces de todos los grupos exigieron empezar a discutir las condiciones en las que se desarrollará el Debate sobre el Estado de la Nación de los próximos días 12 y 13. Al no existir aún comunicación oficial de la fecha por Gobierno, Bono se negó y remitió a la semana que viene.

La negativa cae sobre mojado. Molestos por la forma en la que se anunciaron las fechas del debate, sin comunicación a los grupos pequeños, sus portavoces se plantearon la posibilidad de oponerse a la fecha fijada en la Junta del próximo martes. El líder del PNV, Josu Erkoreka, confirmó que presentará una propuesta en ese sentido. Alonso, por su parte, quitó importancia al incidente. 'El Gobierno puede introducir un debate en el Pleno cuando quiera', zanjó.