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Plante de los médicos al conseller catalán de Salut

Centenares de profesionales abandonan un acto en el que hablaba Boi Ruiz

D. CORDERO / A. GONZÁLEZ

Las protestas por los recortes sanitarios en Catalunya no cesan. Y el conseller del ramo, Boi Ruiz, se ha convertido en el principal blanco de las iras. Si el jueves unas 10.000 personas se manifestaron en la plaza de Sant Jaume para pedir su dimisión, ayer unos centenares de médicos abandonaron en bloque y entre silbidos el auditorio durante un congreso médico para boicotear la inauguración de una Jornada de Actualización en Medicina denominada Update 2011.

La de ayer fue una muestra más del enfado que acumulan los facultativos ante el recorte de recursos públicos en la sanidad, cuantificado en unos 1.000 millones de euros. Ayer mismo, Ruiz afirmaba en una entrevista en TV3 que 'la visa no da para más', si bien quiso asegurar que las prestaciones y la calidad asistencial se mantendrá. El gran cambio en el sistema catalán de salud se centrará, básicamente, en que los pacientes tendrán que esperar más para ser atendidos y, en muchos casos, también tendrán que desplazarse más para llegar al centro médico, ya que su equipo plantea la concentración de especialidades para ahorrar costes.

El Govern insiste en que la calidad asistencial se mantendrá

Pese a la desconfianza generalizada entre los miembros de la sanidad catalana, que acumula una semana de protestas que han llegado ya a las calles catalanas, Ruiz mantiene que su intención es salvar el servicio público de salud. Según dijo ayer, si hubiera querido desmantelarlo sólo hubiera sido necesario no hacer nada y dejarlo tal y como estaba: 'en peligro'.

No ha sido esta la mejor semana de la carrera profesional de Ruiz. Ayer mismo se supo que el Tribunal Supremo ha decidido desestimar dos recursos con los que las patronales hospitalarias una presidida por el conseller hasta diciembre pretendían librarse de una sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya que les obligaba a pagar las guardias de los médicos como horas extraordinarias y no ordinarias, como así hicieron las patronales entre 2005 y 2011. De media, cada médico de la sanidad concertada dejó de recibir unos diez euros por hora por unas 463 horas extras realizadas cada año.

Pero en la semana de varapalos que lleva Ruiz, ayer le salió un faro inesperado, en forma de vicepresidente del Gobierno. Alfredo Pérez Rubalcaba ofreció su entendimiento a los recortes programados por CiU y reclamó 'respeto a la autonomía política de la comunidad'. 'Cada comunidad hace los ajustes donde quiere y en eso el Gobierno no tiene nada que decir', afirmó tajante el número dos del Ejecutivo, que venía a apoyar al Govern ante la amenaza de la ministra de Sanidad, Leire Pajín, que había asegurado que analizaría los recortes sanitarios, lo que generó alguna protesta del Govern al estar la sanidad transferida.

El conseller dice, para avalar los recortes, que 'la visa ya no da para más'

Por otro lado, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, propuso ayer en Madrid crear un sistema de incentivos para los profesionales de la sanidad pública que permita distintas retribuciones según la capacidad y el esfuerzo de cada uno. A su juicio, hay que adoptar 'sistemas retributivos que recompensen el talento, el mérito, el esfuerzo y el desempeño personal', así como 'avanzar hacia unos incentivos que motiven a los profesionales no sólo para prestar la asistencia de calidad, sino también para la necesaria racionalización en el uso de los recursos sanitarios'. 'Estamos muy lejos de los recortes salariales que han impuesto el Gobierno a médicos y enfermeros', dijo.

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