El PNV capitalizó ayer el debate en profundidad sobre el final de la violencia que Rajoy omitió en la sesión de investidura. El portavoz del Grupo Vasco, Josu Erkoreka, llevó a la tribuna el horizonte abierto en Euskadi tras el adiós anunciado por ETA y logró sintonía por parte del candidato a presidente.

La consolidación del escenario de final de la violencia 'requiere toma de riesgos, compromisos, generosidad y sentido del Estado', diagnosticó Erkoreka. La construcción de la paz 'precisa tiento, prudencia y, sobre todo, discreción mucha discreción'.

'No buscamos ruido, sino resultados', insistió el dirigente nacionalista vasco para remarcar su intención no beligerante. Rajoy agradeció el tono y acusó recibo, a diferencia de la nula receptividad que ofreció a Amaiur en el siguiente turno de palabra.

'Ha llegado el momento de poner freno a la excepcionalidad e implementar una política penitenciaria más abierta, dinámica y flexible que, sin merma de la legalidad, contribuya a normalizar la situación de los reclusos y a avanzar en la consolidación de la paz', reclamó Erkoreka a Rajoy. No sería algo nuevo. 'Ya se hizo en 1998 y 1999, cuando gobernaba el PP', recordó el portavoz nacionalista.

Sin imposiciones, en un tono más cercano a la exhortación que a la advertencia, el responsable del Grupo Vasco invitó al líder del PP a ocuparse de la 'transición de la violencia a la democracia' abordando, 'entre todos, un ambicioso proceso de encuentro, diálogo y acuerdo que no se resolverá imponiendo mayorías absolutas, sino tejiendo complicidades y labrando consensos'.

Erkoreka instó a Rajoy a levantar 'una paz definitiva e irreversible' sobre dos prioridades: 'asegurar la veracidad de la renuncia a la violencia' hasta borrar 'todas las expresiones de amenaza e intimidación' y 'dar prioridad absoluta al reconocimiento, protección y amparo de las víctimas'. 'Sin el reconocimiento del ingente daño humano causado por el terrorismo no va a ser posible asentar sobre bases sanas la reconstrucción de la vida en común', concluyó.

Al margen de este análisis del nuevo marco político abierto en Euskadi, Erkoreka advirtió a Rajoy contra las previsibles consecuencias de su 'mayoría impoluta, institucional y mediática', desde su 'recuerdo pavoroso' del periodo regido por José María Aznar entre 2000 y 2004.

'Conviene tomar prevenciones frente a una mayoría absoluta. Es muy traicionera. Parece una amiga cómoda y complaciente, que refuerza la autoestima, pero no suele ser buena consejera cuando se trata de plantar cara a problemas de gran envergadura que requieren consenso y acuerdos de amplia base', aconsejó Erkoreka a Rajoy.

En varias ocasiones invitó el portavoz del PNV a quien sólo unas horas después sería investido presidente del Gobierno a evitar el atajo fácil del rodillo y optar por 'convencer y legitimarse, además de ganar votaciones en las Cortes'.

En su diagnóstico de la crisis, Erkoreka desplegó todo su escepticismo ante unas reformas estructurales sólo hilvanadas por Rajoy 'cuyo contenido apenas ha detallado', lo que justificó que el portavoz vasco tampoco las abordara ayer.

'Los recortes en sí mismos no pueden garantizar el crecimiento económico. Más bien al contrario, lo más probable es que nos conduzcan al estancamiento e incluso a la recesión', previno.

'¿Puede darme alguna razón o esperanza para que al término de esta sesión los diputados del PNV no pulsemos el botón del no' en la votación?, concluyó Erkoreka. Finalmente, los cinco representantes del Grupo Vasco cambiaron este rechazo por una abstención, al cuajar su reiterada invitación a la búsqueda de acuerdos.

'Le he dicho a Rajoy que es imprescindible trabajar consensos y él ha cogido el guante y ha dicho que nos dedicará una especial atención como interlocutores privilegiados', tanto en las medidas para afrontar la crisis como sobre la situación creada con el anuncio de ETA de abandonar la actividad terrorista, justificó Erkoreka el cambio de criterio del PNV.