Este artículo se publicó hace 12 años.
"Un policía me puso delante un papel y me dijo que lo firmase, sin dejarme ver lo que ponía"
Carol, estudiante francesa de Ciencias Políticas, explica los detalles de su detención tras el desalojo de Sol en la madrugada del martes
La madrugada del martes, por tercera noche consecutiva, cerca de 200 indignados fueron desalojados de la Puerta del Sol tras oponer resistencia pacífica. Los manifestantes se agarraron unos a otros, sentados en el suelo, mientras eran rodeados por hasta cuarenta furgones de antidisturbios. El saldo de la actuación policial fue de ocho detenidos y una decena de identificados.
Entre los que acabaron en comisaría estuvo Carol, estudiante francesa de Ciencias Políticas que lleva un año viviendo en España. La joven asegura que el trato recibido en Moratalaz fue desigual. "Algunos agentes fueron bastante simpáticos y se portaron muy bien, incluso nos dijeron que entendían por qué nos manifestábamos", cuenta. "Otros, sin embargo, nos trataron muy mal, nos insultaron, y empezaron a llamarnos antisistema, comunistas, y cosas así", prosigue.
Los ocho detenidos llegaron a comisaría a las 5:30 horas y a las 18:00 horas quedaron en libertad dos de ellos, entre los que se encontraba Carol. "No entiendo por qué los otros seis se quedaron en comisaría, ya que estaban acusados de los mismos cargos que nosotras", comenta.
"Nos comimos los restos de los desayunos de la gente que había pasado antes"
Al llegar a Moratalaz, los agentes les leyeron sus derechos, entre los que les recordaron que podían llamar a un abogado o, en su defecto, aceptar uno de oficio. Como suele ser habitual en el 15-M, en la asamblea se facilitaron los datos de los abogados de la Comisión Legal que se encontraban de guardia aquella noche, por lo que la joven les facilitó el contacto a los agentes. Sin embargo, explica, los letrados no recibieron la comunicación de la policía, sino que se enteraron gracias a los medios de comunicación y a otros participantes en la manifestación.
Por la mañana, cuenta Carol, un agente le presentó un papel que debía firmar, pero no le dejó leer lo que ponía en él. "El policía puso la mano sobre el papel y me dijo que firmase, pero yo no iba a hacerlo. Pregunté lo que era, no me lo dijo, y repitió que tenía que firmar", recuerda. Además, asegura que tras esto no quisieron darles de comer. "Nos comimos los restos de los desayunos de la gente que había pasado antes", afirma.
"Estamos aquí para reclamar nuestro derecho a hacer asambleas en las plazas"
A las 18:00, tras más de doce horas de detención, llegaron los abogados y quedaron en libertad dos de los ocho manifestantes. Cuando salió de la comisaría, Carol vio a más de una decena de personas que esperaba en la puerta, y pensó que había una parada de autobús cerca. Sin embargo, se presentaron como miembros de la Comisión Legal del 15-M.
La joven se emociona al recordar el momento. "Tras tantas horas sola, en las que no nos hablan ni nos informan e incluso algunos nos insultan, me sentía fatal, por eso cuando vi que había gente a la salida que me abrazaba, me animaba y me tranquilizaba, sentí un alivio tremendo", explica. "La gente de Legal vino con todo su cariño, por voluntad propia, ya que no les pagamos nada, lo hacen por ayudar", intenta expresar Carol, que admite que no sabía ni siquiera cómo volver a Madrid.
La joven francesa ya estuvo en España el pasado 15-M y se unió al movimiento porque considera que es "muy solidario, muy bonito, y en él la gente respeta sus derechos y los de los demás". "Al final estamos aquí para reclamar nuestro derecho a hacer asambleas en las plazas, a reunirnos, no para jugar a enfrentarnos con la policía", concluye.
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