No mejoran. Un año más, los partidos políticos vuelven a encabezar el ranking que cada año publica la ONG Transparencia Internacional a través de su barómetro de corrupción. En una horquilla de 1 a 5, los ciudadanos otorgan a los políticos un 3,9 en nivel de corrupción. Conserva también la segunda plaza el mundo empresarial. No muy lejos de los partidos políticos, el sector político obtiene un 3,6. Le siguen en la percepción de los ciudadanos, siempre por encima del tres, medios de comunicación, parlamento y servicios públicos.

En el otro extremo, los sistemas educativos, de salud y el Ejercito son para los ciudadanos las instituciones menos salpicadas por irregularidades.
Los nuevos datos, actualizados a este año, fueron presentados ayer en la fundación Ortega y Gasset. De ellos se desprenden también que los jóvenes son los máscríticos con los medios mientras que tienen una mejor percepción de las ONGs. Lo mayores y de menores ingresos, en cambio, desconfían más de las honestidad del poder legislativo.

No sólo existe una mala percepción, sino que tampoco mejora para un futuro. Un 54% de los encuestados están convencidos de que la corrupción aumentará en los próximos tres años frente a sólo un 22% que piensa que puede disminuir.

Falta de eficacia
Esta percepción se corresponde con la valoración que los encuestados hacen de la lucha contra la corrupción. Más de la mitad, un 51% cree que las medidas puestas en marcha son ineficaces.

En este sentido, Manuel Villoria, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos y uno de los presentadores del informe destacó que una enorme mayoría de los alcaldes presuntamente corruptos volvió a ser elegida tras las últimas elecciones municipales. De los 133 que se presentaron a pesar de estar envueltos en alguna causa, de ellos 53 del PP y 50 socialistas, un 70% sigue en el cargo. El desarrollo urbanístico sin control sigue siendo visto por muchos ciudadanos como una fuente de riqueza municipal. Villoria instó al Gobierno a prevenir, la asignatura pendiente del sistema español.

Sobornos
Entre los datos del barómetro sorprende que sube en un punto el porcentaje de personas que reconocen haber aceptado pagar un soborno los últimos doce meses. Aunque la cifra, un 3%, es exigua y se sitúa por detrás de la media, un 5%, supera a la de mayoría de nuestros socios europeos.

Tras el tirón de oreja, queda un año entero para reaccionar. En el caso de partidos políticos parece difícil que puedan cambiar algo. Desde que el primer barómetro les situó en cabeza han pasado ya tres años. Nada ha cambiado.