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El PP contraataca a Blanco con insultos

González Pons le llama 'minidemócrata' y 'demócrata de pacotilla'

MARÍA JESÚS GÜEMES / JUANMA ROMERO

“Enfadados”. Fue la palabra que empleó ayer el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, para manifestar cómo se sentían los dirigentes de su formación tras los supuestos “insultos” que José Blanco había proferido contra Mariano Rajoy.

El visecretario general del PSOE había comentado que al líder del PP le importaba “un bledo” solucionar la crisis económica y que su única intención era desgastar al Ejecutivo. Para el PP, Blanco sólo buscaba generar “crispación”.

Los conservadores parecen obviar que, desde que se conocieron las Cuentas del Estado, las palabras que Rajoy ha dirigido al presidente del Gobierno han sido de todo menos cariñosas. Así, en la última semana, ha acusado a Zapatero de ser “un deudor de engaños” ante los españoles y “letal” para la crisis, además de calificar los Presupuestos de “increíbles, resignados, ayunos de liderazgo, inútiles y contraproducentes”.

Por si el ambiente estuviera poco caldeado, Pons se ocupó de echarle más leña al fuego cargando contra Zapatero, a quien bautizó como “el perro del hortelano, que ni gobierna ni deja hacer oposición”, y contra Blanco, por ser “un demócrata de pacotilla, un minidemócrata al que le molesta la mera existencia de la oposición”. En su opinión, lo único que pretende el vicesecretario del PSOE es “torpedear” la próxima reunión en la Moncloa. Algo que, a su juicio, no logrará porque el PP no piensa faltar a la cita “por respeto a los miles de españoles que lo están pasando mal”.

Pons empleó un tono especialmente duro contra Blanco, a quien pidió que dejara “de hacer el indio”. “Le gustaría ser Alfonso Guerra, pero le faltan lecturas y sensibilidad social”, dijo mofándose de él.

“Por un lado, nos invitan para conocer nuestras propuestas en materia económica y, por otro lado, nos insultan”, remarcó Pons, quien, ya de paso, pidió al Gobierno y al PSOE que diga “de qué quieren hablar”. Para el PP, hay que tratar tres temas: las reformas estructurales, la situación del sistema financiero y los Presupuestos de 2009. Y se queja de que los socialistas prefieran abordar otro tipo de cuestiones, como el sistema de pensiones o a la investigación. Los conservadores, que hace una semana anunciaban una enmienda a la totalidad, quieren hablar ahora de los Presupuestos y critican que Zapatero prefiera reunirse con los banqueros a hacerlo con los ahorradores cuando hace dos días le exigían que hiciera “algo”.

Precisamente, ayer, volvieron a exigir la adopción de medidas urgentes porque “cada 20 segundos, se produce una víctima del paro”, lo que provocará en semanas una “crisis social”. Ante la propuesta de la patronal de abaratar el despido, Pons fue ayer tajante: “Si hay que reducir los costes de algo, no son los del despido, sino los de la contratación”.

Tampoco desde el PSOE se templaron gaitas. De hecho, Leire Pajín, después de la reunión de la Comisión Permanente del partido, encendió ayer su comparecencia con un “las mentiras de Cristóbal Montoro rozan ya el esperpento”. Aludía la número tres de los socialistas a la insistencia –o “mala fe”– del portavoz económico del PP en no datar el origen de la crisis española en EEUU y la quiebra del sistema financiero internacional.

Más tarde, reprochó a líder del PP que devolviera a los ciudadanos la imagen del “Rajoy de siempre”. Esto es, el “Rajoy irresponsable”, que rechaza los Presupuestos antes de conocerlos. Y eso que las Cuentas de 2009 son las del “empleo y la protección social”.

La censura a las claras de Pajín encajó, no obstante, con el llamamiento al PP. “Rajoy debe ser parte de la solución”, aseguró, así que le toca “arrimar el hombro” en su encuentro con Zapatero, para dar “confianza” y no “sembrar dudas” sobre un sistema bancario “saneado y garantista”.

Por si acaso, Blanco y Mar Moreno, la número cuatro del PSOE, ataron más el mensaje. El primero recalcó en su web que las “insidias” de Rajoy dañan la economía. Y la segunda afirmó que las “descalificaciones” de Pons y su talante “torpedean” la entrevista en la Moncloa. Distensión, la justa.

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