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El PP de Madrid amenaza a sus críticos con las listas

Granados mantiene sus acusaciones al vicealcalde de la capital

M. J. G.

Tras el archivo del caso de los espías, en el PP de Madrid quieren ver rodar cabezas. El consejero de Presidencia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, sobre quien recaían todos los focos de atención, respira aliviado y satisfecho tras la decisión judicial. Nada más conocer la noticia pidió a los denunciantes una rectificación. A los dos diputados autonómicos, Alfredo Prada y Carmen Rodríguez Flores, les exigió que dejaran sus escaños y al vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, que pidiera perdón a los funcionarios implicados.

Los conservadores madrileños dan por hecho que no lo van a hacer. Pero afirman que tienen 'los días contados'. Al menos los dos primeros porque, en breve, habrá que empezar a confeccionar las listas para las elecciones de 2011 y lo que es seguro es que Esperanza Aguirre no los incluirá. 'Es cuestión de tiempo', afirman convencidos.

Cobo no pedirá disculpas porque se considera la víctima

Sin embargo, con Cobo lo tienen más difícil. Los aguirristas ya intentaron deshacerse de él como portavoz municipal. En octubre del año pasado, 13 de los 32 concejales de Alberto Ruiz-Gallardón pidieron su cese en una tensa reunión que ninguno de los dos sectores enfrentados olvidan.

Pero, en este caso, no depende de Aguirre únicamente. La mano derecha de Gallardón cuenta con el apoyo de Mariano Rajoy aunque está suspendido de militancia precisamente por acusar, entre otras cosas, a la presidenta madrileña y a su equipo de montar 'una gestapillo' para espiarle. Su penitencia, por un año, expira en noviembre. Sin problemas, por tanto, para figurar en el reparto electoral.

De todos modos, el PP de Madrid está muy pendiente de los pasos que dé a partir de ahora. Ayer se conoció que el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, tiene pensado llegar 'hasta las últimas consecuencias' para demostrar que existió financiación a través de fondos públicos del espionaje en la Comunidad de Madrid.

También está previsto que Alfredo Prada, ahora director del PP en el exterior después de que Rajoy lo rescatara, recurra el auto. Pero aún no se sabe qué hará Cobo. En principio lo decidirá a comienzos de la semana que viene.

Algunos consideran que, si lo impugna, será una declaración de guerra en toda regla y que tal vez se eche para atrás si Rajoy le pide que no lo haga para evitar más líos internos. Por otro lado algunos consideran que, con la decisión del PSOE y la de Prada, el mecanismo ya está en marcha y el proceso continuará, de modo que tampoco ven necesario que él se involucre.

Sin embargo, fue Cobo quien presentó la denuncia que abrió la causa y a los suyos les cuesta mucho pensar que ahora se rinda. Todos recuerdan lo indignado que siempre se ha mostrado por todo lo ocurrido, sobre todo porque le vigilaron cuando estaba incluso con su familia y amigos.

Desde su círculo explican que Cobo no va a pedir disculpas por algo de lo que se considera víctima. Y es que él sólo se queda con 'los hechos' considerando que los seguimientos 'están probados'.

Granados difiere del diagnóstico. Ayer, recomendó al vicealcalde que volviera a leerse el auto. 'Probablemente lo que hace Cobo es confundir los deseos con la realidad o que su animadversión u odio hacia algunos compañeros de partido hacen que no sean capaz de leérselo bien porque dice justamente lo contrario. No se ha podido probar el espionaje a nadie', señaló.

Además, volvió a acusar a sus tres compañeros de partido de haber sembrado durante más de un año una 'permanente zozobra' y les reprochó que hubiesen querido 'acabar' con la formación a nivel regional.

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