Este artículo se publicó hace 13 años.
El PP presiona al TC para que secunde al Supremo
Los conservadores aseguran que "lo normal" sería un fallo coincidente
"Hasta que el Tribunal Constitucional no se pronuncie, yo no cantaría victoria". Esperanza Aguirre, ya desde primera hora de la mañana de ayer, dejaba ver el siguiente caballo de batalla de su partido en una entrevista en la SER: procurar, a través de la presión política más o menos directa, que el TC no se deslinde de la sentencia del Tribunal Supremo respecto a Bildu. La propia presidenta madrileña señaló, horas después, en los actos de celebración del Día de la Comunidad, que el Constitucional no puede ser una "sala de apelación" ya que el Supremo, "como su nombre indica, es una corte suprema, la que está por encima de todas".
Otros dirigentes del PP verbalizaron sus recelos respecto al TC y su voluntad de que este revalide la resolución del domingo. El primero, su líder: "Creo que es una decisión justa y necesaria dijo Mariano Rajoy. Estamos de enhorabuena y ojalá se confirme".
Rubalcaba recuerda que "no valen las presiones" y pide no molestar al TC
"Cuando algo lo ve normal la Policía, la Fiscalía, la Abogacía del Estado, el conjunto de partidos políticos y el Supremo, lo normal es que el Constitucional lo vea de la misma forma", abundó el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons. Más explícita fue Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz en el Congreso: "Quiero celebrar el fallo del Supremo y espero que sea confirmado" para frenar "cualquier invento de los terroristas para concurrir a unas elecciones", informa Europa Press. Alberto Núñez Feijóo, líder de la Xunta, deseó que el fallo del TS "se mantenga".
"Satisfacción" del EjecutivoLa procesión de vaticinios sobre qué hará el Alto Tribunal y el rosario de declaraciones de responsables del PP llegó a la Moncloa, donde compareció el vicepresidente primero. Se le preguntó una y otra vez a Alfredo Pérez Rubalcaba, pero no cambió su guión, porque sólo cabe, dijo, el "acatamiento y el respeto" a las decisiones judiciales, más allá de que el Ejecutivo exprese su "satisfacción" por que el TS haya asumido los argumentos de la Fiscalía y la Abogacía del Estado.
Txiki Benegas y el PSC se separan de la posición del TS y del Gobierno
Luego remachó: "El Constitucional es el Constitucional, y el Supremo es el Supremo. Hacer cábalas de lo que decidan los tribunales no es parte del trabajo del Gobierno y no creo que es lo que deba hacer ningún demócrata en un Estado de derecho". El TC "hará su trabajo", intentó zanjar. Pero tuvo que insistir: "Dejemos que haga su trabajo. Que haga lo que tenga que hacer".
El ministro del Interior optó por mostrarse "especialmente prudente". Recordó que quienes deciden sacar partidos y listas de las elecciones son sólo los jueces. Por tanto, "no valen las presiones, ni las más burdas ni las más sutiles, que las hay", reiteró, sin citar al PP. En el mismo sentido se pronunciaron los titulares de Presidencia y Fomento.
Por lo demás, Rubalcaba repitió su mensaje para la izquierda abertzale: no ha roto "fehacientemente" con ETA para volver al juego democrático, y así lo ha estimado el TS. A Eusko Alkartasuna y Alternatiba que podrían quedarse fuera de las elecciones del 22-M, el vicepresidente rehusó enviarles recado alguno: "Cuando acabe el proceso, haremos las valoraciones". Subrayó que Supremo y TC ya han contemplado la posibilidad de que unas siglas legales cobijen listas anuladas. Pasó con Acción Nacionalista Vasca en 2007, hasta que el Supremo la ilegalizó el año siguiente.
La izquierda minoritaria critica a los jueces por sacar a Bildu del 22-M
Fallo "antidemocrático"La posición socialista, con todo, tiene fisuras. El diputado en el Congreso José María Benegas aseguró que el que "EA y Alternatiba no puedan concurrir a las elecciones no tiene ningún sentido", pues "va contra el sentido común ilegalizar dos partidos democráticos". En Barcelona, tras la reunión de la ejecutiva del PSC, el alcalde de Reus, Lluís Miquel Pérez, en nombre del partido, expresó su "extrañeza" por la decisión "no adecuada" del TS que afecta a formaciones "con solera democrática". "Es difícilmente asumible", dijo, y confió en que el Constitucional pueda "enmendar" esa sentencia.
La izquierda minoritaria condenó la resolución del domingo. ERC afirmó que ilegalizar Bildu es propio "de un régimen antidemocrático y de un Estado autoritario". ICV y BNG calificaron de "muy grave" la decisión.
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